Casi a la media noche del lunes el centro del Instituto Nacional de Migración (INM) de Ciudad Juárez, México, ardió en fuego provocando la muerte de 40 inmigrantes y 29 heridos de gravedad.
De acuerdo con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, los inmigrantes se habrían enterado que serían trasladados y como protesta “en la puerta del albergue pusieron colchonetas y les prendieron fuego”.
A horas de la tragedia, un inmigrante venezolano que se identificó como Anthony González contó en entrevista con Telemundo que hace una semana fue deportado de los Estados Unidos bajo el Título 42 y fue enviado al INM, pero logró salir tan pronto se dio cuenta de las condiciones en las que se vivía ahí dentro.
González contó que no estuvo el día del incendio, pero sí días antes y no entiende cómo inició el incendio si las autoridades prohiben la entrada de cualquier objeto al centro.
“A uno lo revisan todo, le quitan la joyería, cadena, pulsera, reloj e inclusive me desnudaron para revisarme todo”, contó un tanto sorprendido.
Además, denunció que al interior del albergue se vive un hacinamiento “me metieron como dos horas en un cuarto donde había entre 500 y 600 personas que ya tenían de tres a cinco días encerrados”.
González comparó el albergue con la cárcel “es una locura, estuve como dos horas y es una locura… inclusive venden hasta cigarros, es como una cárcel”.
La Fiscalía General de la República (FGR) dio a conocer que los inmigrantes muertos eran colombianos, ecuatorianos, salvadoreños, guatemaltecos, hondureños y venezolanos, todos ellos del sexo masculino.
También fueron evacuadas del edificio migratorio 15 mujeres sin lesiones.