El primer ministro británico Keir Starmer instó el domingo a sus homólogos europeos a reforzar sus fronteras y respaldar plenamente a Ucrania mientras esbozaba un plan para poner fin a la guerra entre ese país y Rusia.
“Cada nación debe contribuir a eso de la mejor manera que pueda, aportando diferentes capacidades y apoyo, pero todas asumiendo la responsabilidad de actuar, todas incrementando su propia parte de la carga”, afirmó.
La exhortación a Starmer a 18 colegas gobernantes de que necesitan hacer el trabajo pesado por su propia seguridad llega dos días después de que el respaldo de Estados Unidos a Ucrania pareciera estar en riesgo, luego de que el presidente Donald Trump arremetió contra el mandatario ucraniano Volodymyr Zelenskyy y le dijo que él no estaba lo suficientemente agradecido por el apoyo que ha recibido de Washington.
La reunión había estado ensombrecida por la extraordinaria reprimenda a Zelenskyy en la Casa Blanca, difundida en vivo por televisión. Starmer aprovechó la oportunidad como parte de sus empeños más amplios por cerrar la brecha entre Europa y Estados Unidos, y también salvar lo que parecía ser el inicio de un proceso de paz antes de la disputa del viernes.
El premier británico indicó que había trabajado con Francia y Ucrania en un plan para poner fin a la guerra, y que el grupo de gobernantes —en su mayor parte de Europa— habían acordado cuatro cosas.
Los pasos hacia la paz serían: mantener la ayuda fluyendo hacia Kiev y continuar la presión económica sobre Rusia con el fin de fortalecer la posición de Ucrania; asegurarse de que el gobierno ucraniano esté en la mesa de negociaciones y que cualquier acuerdo de paz garantice el respeto a su soberanía y su seguridad, y seguir proporcionándole armas a Kiev con el fin de disuadir futuras invasiones.