Presa de la ira al ver a un inmigrante de origen hondureño vender frutas a un costado de una avenida cercana a su domicilio, el domingo por la noche, David Johnson destruyó el puesto donde se expedían los productos naturales en Caroline Circle, en Franklin, Tennessee.

De manera inexplicable, el sujeto de 48 años descendió de una camioneta y violentamente comenzó a gritarle al centroamericano dedicada a la venta de frutas.

Acto seguido, el individuo derribó un par de mesas sobre las cuales se ubicaban varios tipos de frutas para ser exhibidas a la venta al público.

El furioso hombre de tes blanca, quien vestía un pantaloncillo corto y una playera, continuó con su labor destructiva al echar abajo el toldo con el cual los vendedores resguardaban a sus productos para evitar que, durante los días soleados o lluviosos, estos se estropearan.

Asustado por lo sucedido, Diego Parada, propietario de improvisado puesto de frutas, optó por solicitar el apoyo de la policía mientras otro hispano, mediante su teléfono móvil, grababa lo que sucedía.

Al arribar al sitio, un par de elementos policiacos procedieron a arrestar a David Johnson quien aceptó sentirse molesto ante la presencia de vendedores ambulantes en la zona donde vive y por ello intentó asustarlos con el objetivo de que se alejarán de la zona.

Sin embargo, el habitante de Nashville no contempló que sus destrozos ocasionados le significarían una sanción emitida por parte de las autoridades.

De esta manera, el agresor fue fichado en la cárcel de Metro Nashville, el 17 de septiembre.

Para evitar perder si libertad, Johnson tuvo que pagar una fianza de $5,000 dólares y quedó en libertad condicional, hasta ser citado ante la Corte, pues la familia a quien afectó, demanda una compensación de $3,000 dólares.

“Como cualquier empresario, vine con mi negocio con ganas de trabajar, sin hacer daño ni molestar a nadie. Me paré aquí y a la hora llegó este señor en su carro y casi nos atropella a mi amigo y a mí. Se bajó muy enfadado, tengo los vídeos. Y como un loco empezó a insultarme. Me agredió tanto verbal como físicamente y empezó a tirarme de todo”, señaló Diego Parada en redes sociales.

Cabe señalar que, en los últimos meses, ante el arribo de miles de indocumentados al país se ha incrementado el comercio informal, pues al carecer de recursos, cientos de ilegales se han volcado a las calles en distintas ciudades con el objetivo de obtener dinero a través de la venta de mercadería, lo cual para algunos estadounidenses les resulta incómodo al grado de que llegan a agredir a los recién llegados a la nación.