Pese al inicio accidentado en su relación, el presidente argentino Javier Milei y el papa Francisco parecían haber congeniado en su primer encuentro el lunes, en medio de especulaciones de que el pontífice argentino por fin visitará su país este año.
Los dos hombres se reunieron durante una hora y 10 minutos, según el Vaticano, una audiencia inusualmente larga para los estándares de Francisco, sobre todo porque no se necesitó un intérprete. Un video publicado por la Santa Sede mostraba a un sonriente Francisco que brevemente tomó el brazo de Milei para apoyarse mientras caminaban hacia su escritorio al principio de la reunión.
Milei, que alguna vez llamó “imbécil” al papa, le regaló a Francisco algunos de sus alfajores favoritos y galletas de limón. Francisco le obsequió los documentos de su papado y un medallón.
El día anterior ya se había marcado un tono cordial cuando Milei abrazó a Francisco al final de una misa para canonizar a María Antonia de Paz y Figueroa, la primera santa argentina. Con una sonrisa, el papa comentó que el mandatario se había cortado el cabello.
La oficina de Milei publicó fotos del abrazo en la red social X y escribió: “Que Dios bendiga a los argentinos y que las fuerzas del cielo nos acompañen”.
La relación no fue siempre así. Milei —que se describe como libertario y anarcocapitalista, y ha prometido una serie de medidas de austeridad para reactivar la economía argentina— describió a Francisco como “imbécil” durante la campaña electoral que le llevó al poder. También dijo que el papa era el “representante del maligno en la Tierra”.
El pontífice, que también ha lamentado la prolongada crisis económica argentina, parecía haberlo perdonado y haber restado importancia a las críticas, considerándolas como mera retórica de campaña.
Milei dijo lo mismo en su entrevista con Retequattro. Describiéndose a sí mismo como un católico que también practica rituales judíos, dijo que ahora entendía que Francisco era el líder de los católicos del mundo y representa una institución importante en un país mayoritariamente católico como lo es Argentina.
En consecuencia, señaló Milei, tuvo que reconsiderar algunas posiciones, y a partir de ese momento comenzaron a tener una relación positiva, según extractos de la entrevista.
El pontífice de 87 años mencionó el mes pasado su esperanza de visitar Argentina este año, por primera vez desde que fue elegido en 2013. Su ausencia en su país natal durante la última década pese a sus visitas a las naciones vecinas de Brasil, Bolivia, Paraguay y Chile ha desconcertado a argentinos y extranjeros por igual.
Milei invitó a Francisco a hacer una visita, y los obispos argentinos también han presionado para que por fin visite su país.
En una reunión en la cancillería italiana, los reporteros le preguntaron a Diana Mondino, ministra de Relaciones Exteriores de Argentina, sobre una posible visita del papa a Argentina, a lo cual respondió que ya está invitado y ciertamente irá, aunque dijo desconocer cuándo.