El presidente Donald Trump acusó el viernes a las empacadoras de carne de propiedad extranjera de hacer subir el precio de la carne de res en Estados Unidos, y le pidió al Departamento de Justicia que investigue.

El mandatario anunció la medida en redes sociales días después de que su partido sufriera derrotas en elecciones clave, en las que los candidatos demócratas ganadores se centraron incansablemente en las preocupaciones del público sobre el costo de la vida.

“Le he pedido al Departamento de Justicia que inicie de inmediato una investigación sobre las empresas empacadoras de carne que están haciendo subir el precio de la carne de res a través de colusión ilícita, fijación de precios y manipulación de precios”, escribió Trump en la publicación.

“Siempre protegeremos a nuestros rancheros estadounidenses, y se les está culpando por lo que están haciendo los empacadores de carne cuya propiedad es mayoritariamente extranjera, quienes inflan artificialmente los precios y ponen en peligro la seguridad del suministro de alimentos de nuestra nación”, continuó.

Trump no ofreció pruebas para respaldar sus acusaciones.

Los precios de la carne de res han alcanzado niveles récord, en parte después de que la sequía y años de precios bajos derivaran en que el número de reses en Estados Unidos alcanzara su menor nivel en décadas. Los aranceles de Trump a Brasil —un destacado exportador de carne de res— también han reducido las importaciones.

La concentración en la industria cárnica ha sido durante mucho tiempo una preocupación para los agricultores y políticos de ambos partidos. Hay cuatro grandes empacadoras de carne en Estados Unidos, y la mayor empresa de carne de res, JBS, tiene su sede en Brasil. JBS USA no respondió de momento a una solicitud de comentarios el viernes.

“Se deben tomar medidas de inmediato para proteger a los consumidores, combatir los monopolios ilegales, y garantizar que estas compañías no se beneficien criminalmente a expensas del pueblo estadounidense”, manifestó Trump.

El mes pasado, el mandatario planteó que Estados Unidos compraría carne de res argentina para reducir los precios persistentemente altos para los consumidores estadounidenses, lo que hizo enfurecer a los ganaderos del país norteamericano.

Las acusaciones de Trump han reavivado una lucha presidencial bipartidista contra el aumento de los precios de los alimentos.

El entonces presidente Joe Biden habló con agricultores y rancheros independientes sobre iniciativas para reducir los precios de los alimentos por medio de un incremento en la competencia dentro de la industria cárnica. Y la entonces vicepresidenta Kamala Harris, a quien Trump derrotó al ser reelegido el año pasado, prometió en su campaña tomar medidas enérgicas contra los productores de alimentos y los principales supermercados por “especular con los precios”.