El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, puso rumbo a Asia el viernes por la noche por primera vez en este mandato, en un viaje en el que se espera que trabaje en acuerdos de inversión y esfuerzos de paz antes de reunirse cara a cara con su homólogo chino, Xi Jinping, para intentar rebajar la tensión en su guerra comercial.

“Tenemos mucho de qué hablar con el presidente Xi, y él tiene mucho de qué hablar con nosotros”, dijo Trump a reporteros a su salida de la Casa Blanca. “Creo que tendremos una buena reunión”.

El presidente realizará un vuelo de larga distancia que lo dejará en Malasia el domingo por la mañana, en la primera parada de una gira por tres países.

El viaje se produce mientras el cierre del gobierno de Estados Unidos se prolonga. Muchos trabajadores federales no cobrarán su primer salario completo esta semana; hay interrupciones en los vuelos porque los controladores aéreos, ya de por sí sobrecargados, trabajan sin paga, y los estados enfrentan la posibilidad de que la ayuda alimentaria federal se agote. Dado que los republicanos rechazan las exigencias demócratas de fondos para la atención médica, no hay indicios de que se vaya a superar el impasse, pero Trump parece continuar con su actividad, incluyendo su viaje al extranjero.

“Estados Unidos está paralizado y el presidente se va de la ciudad”, dijo el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, en un comunicado el viernes por la noche.

La primera parada de la gira de Trump será en una cumbre regional en Kuala Lumpur. Trump asistió a la reunión anual de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, ASEAN, solo una vez durante su primer mandato, pero la de este año coincide con los esfuerzos de Malasia y Estados Unidos para resolver un conflicto entre Tailandia y Camboya.