El presidente, Donald Trump, y su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, regresan este domingo a la mesa de negociaciones con una tarea familiar y compleja: intentar una vez más trazar un camino hacia el fin de la guerra de Rusia contra Ucrania.
Los dos líderes se han reunido tres veces desde que Trump asumió su segundo mandato en enero, y cada encuentro ha generado grandes expectativas, pero ha producido pocos resultados concretos, e incluso en ocasiones ha parecido alejar aún más la posibilidad de una solución.
En un mensaje en su plataforma Truth Social, Trump compartió antes de su reunión con Zelenskyy esta tarde que había sostenido una llamada “muy buena y muy productiva” con el líder ruso, Vladimir Putin, sin elaborar más.
Mientras Kiev presiona a Trump para que ofrezca garantías de seguridad, persisten las dudas sobre si la cumbre en Florida marcará un verdadero punto de inflexión o si será otra ronda de diplomacia de alto nivel con escasos resultados para Zelenskyy.
En febrero, una reunión en la Casa Blanca terminó en un ambiente de tensión y no logró el avance que Trump había prometido para el “primer día” de su Administración.
























