El frágil alto el fuego entre Israel e Irán parecía mantenerse el miércoles después de un comienzo difícil, lo que generó una cauta esperanza de que podría conducir a un acuerdo de paz a largo plazo, aunque Teherán insistió en que no renunciaría a su programa nuclear.
El alto el fuego se estableció el martes en el 12mo día de la guerra entre Israel e Irán, cuando los dos bandos se acusaron mutuamente de violarlo en un principio hasta que finalmente cesaron los misiles, drones y bombas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ayudó a negociar el alto el fuego, dijo el miércoles a los periodistas en una cumbre de la OTAN en Holanda que estaba yendo “muy bien”.
“No van a tener una bomba y no van a enriquecer”, agregó Trump.
Sin embargo, Irán ha insistido en que no renunciará a su programa nuclear y, en una votación que subraya el difícil camino por delante, el parlamento iraní acordó acelerar una propuesta que detendría efectivamente la cooperación del país con el Organismo Internacional de Energía Atómica, la organización de las Naciones Unidas con sede en Viena que ha supervisado el programa nuclear iraní durante años.
Antes de la votación, el presidente del parlamento, Mohammad Bagher Qalibaf, criticó al OIEA por haber “rechazado incluso fingir condenar el ataque a las instalaciones nucleares de Irán” realizado por Estados Unidos el domingo.