Una semana después de las elecciones, Estados Unidos sigue sin conocer el color que tendrá el Congreso, si rojo republicano o azul demócrata, aunque los conservadores, que han recuperado el Senado, lideran el escrutinio en la Cámara de Representantes y están a cuatro escaños de la mayoría en ese hemiciclo.

“Estamos muy optimistas. Estamos avanzando y vamos a pasar página. Esto es algo que la población estadounidense necesita y quiere desesperadamente”, dijo este martes en una conferencia de prensa el actual líder de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.

Además de la reelección del expresidente Donald Trump (2017-2021) como el futuro mandatario del país, según las proyecciones de voto de los principales medios estadounidenses, los republicanos podrían tener también el control de las dos cámaras legislativas.

En la Baja, donde la mayoría está en 218, los conservadores tienen ya 214 escaños asegurados y los demócratas 205.

De los 16 asientos aún en juego, los republicanos encabezan el escrutinio en nueve y los demócratas en siete.

La mayoría de los que aún están sin asignar se encuentran en California, el estado que más entrega.

En el Senado, que ha completado ya el recuento, los de Trump le han arrebatado la mayoría a los demócratas en los comicios del pasado 5 de noviembre y tendrán 53 de los 100 escaños, según las mismas proyecciones de voto.

“Está claro que el pueblo estadounidense quiere fronteras seguras y quiere evitar que terroristas y criminales entren en el país. Son cosas de sentido. Trabajaremos estrechamente con Trump y con su administración para cambiar este país y desencadenar, como él dice, una nueva era dorada en Estados Unidos”, añadió Johnson.

Los recuentos lentos y la incertidumbre han sido una tónica en las últimas citas electorales en Estados Unidos.

En las presidenciales de 2020, en las que Trump sigue sin reconocer que perdió frente al demócrata Joe Biden, hubo que esperar cuatro días para conocer al ganador. En las legislativas de 2022, el control de la Cámara de Representantes no se definió hasta nueve días después de los comicios.

El líder de ese hemiciclo minimizó este martes los eventuales casos de fraude.

“Sabemos con certeza que no ciudadanos votaron en algunos lugares porque se estaban inscribiendo para votar desafiando la ley federal, (…) pero debido a toda la atención que el pueblo estadounidense puso al respecto, creo que pudimos limitar en alto grado la cantidad de fraude e irregularidad y muchas de las cosas que preocupan a los estadounidenses después de 2020, así que es una buena señal”, sostuvo. EFE