La industria de dispositivos de seguridad para el hogar sigue muy de cerca lo que será el apagón de las redes 3G en todo el país. El motivo de su interés radica en que más de 1,5 millones de alarmas anti intrusos y anti incendios funcionan a partir de este tipo de tecnología.

Esto ha llevado a que representantes de la industria soliciten a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) que se retrase el apagado de las redes 3G de AT&T previsto para este 22 de febrero, así como el del resto de las grandes compañías de telecomunicación.

De acuerdo con el cronograma de AT&T, la compañía será la primera de las tres grandes en poner fin a su red 3G, algo que será replicado por T-Mobile en el verano y por Verizon a finales de año.

La petición de las compañías de seguridad consiste en que la FCC ordene que las redes 3G se mantengan activas, hasta por lo menos, el mes de diciembre a fin de poder adecuar sus dispositivos para que trabajen en redes 4G o 5G.

Paloma Perez, portavoz de la FCC, indicó el pasado lunes que el organismo se encuentra monitoreando el apagado de la tecnología 3G a fin de implementar medidas de seguridad, en caso de ser necesario, para que los teléfonos y dispositivos antiguos no se vean afectados.

No obstante, Perez no se refirió formalmente a la petición de la industria de sistemas de seguridad.

Retrasos

Si bien se espera que 2022 sea el año donde la vida de las redes 3G llegue a su fin, esto debería haber ocurrido hace al menos dos años. Verizon tenía previsto realizar el apagado a mediados de 2019, sin embargo, se vieron obligados a retrasarlo en dos oportunidades.

El motivo, según argumentaron, es que los usuarios necesitaban más tiempo para poder actualizar sus equipos a dispositivos que fuesen compatibles como tecnología 4G y 5G.

La decisión de apagar las redes 3G tiene una justificación simple para las compañías y es mejorar la eficiencia de los servicios que ofrecen a sus clientes. Esto cobra mayor importancia tomando en cuenta las fuertes inversiones que tienen que realizar las operadoras para poder implementar tecnología que brinde mayores velocidades de conexión como las redes 5G.

En este contexto no tiene sentido para las empresas el continuar invirtiendo en una tecnología antigua, casi obsoleta, que representa un gasto que no los ayuda a ser competitivos.