El aumento sin precedentes de virus respiratorios como el VRS, covid-19 e influenza en niños no solo tiene a hospitales pediátricos al límite de su capacidad, sino que también ha ocasionado una escasez de medicamentos como acetaminofén e ibuprofeno infantil en muchas zonas del país.
La crisis ya se hace evidente en los anaqueles vacíos de farmacias que además tienen bajo suministro de un antibiótico que suele recetarse con frecuencia contra las infecciones bacterianas secundarias: la amoxicilina.
“Todo el mundo está enfermo y necesita medicinas a la misma vez y a los laboratorios les cuesta atender tan alta demanda”, explica a The Washingnton Post la portavoz de la Academia Estadounidense de Pediatría, Joanna Dolgoff.
¿Qué hacer entonces si no consigues medicamentos para bajar la fiebre o aliviar otros síntomas en los niños?
Estas son algunas recomendaciones de pediatras:
- Mantén la calma: si no encuentras ningún analgésico infantil en la farmacia, antes de alarmarte, visita algunas otras pues es posible que ahí sí consigas alguna opción. “Muchas veces tenemos que hacer uno o dos viajes a farmacias. Así que lo primero es dar un mensaje de tranquilidad”, dice al Noticiero Univision el pediatra Ilan Shapiro, director de bienestar y salud de Altamed. Agrega que “hay cosas que podemos hacer para ayudarlos mientras encontramos el medicamento como baños de agua tibia y darles mucha agua tibia y descanso”.
- No siempre hay que tratar de bajar la fiebre: La fiebre no es el enemigo. Pediatras insisten en que no siempre es necesario intentar reducirla con medicamentos. “La fiebre es el mecanismo natural del organismo para reforzar el sistema inmunológico y combatir enfermedades”, explica en su página de Facebook la pediatra Liz Donner, quien aclara que, si el niño no se ve incómodo o se siente mal, no necesariamente hay que medicarlo, ni tampoco despertarlo si duerme plácidamente, aunque tenga la temperatura elevada. Los pediatras suelen decir que más importante es cómo luce el niño, que qué temperatura marca el termómetro. Algunos se sienten muy mal con apenas un recargo; mientras otros no parecen sentirse molestos, incluso con fiebres elevadas.
Otras recomendaciones para ayudar a niños con fiebre son: mantener el cuarto bien ventilado, vestirlos con ropa ligera, darles mucho líquido y si acaso pasarles un trapito o baño con agua tibia (no fría). “El agua helada puede causar escalofríos lo que eleva la temperatura corporal”, explica Joanna Dolgoff a The Washington Post. Así que olvídate de los baños con agua helada.
- Hay medicamentos genéricos: medicamentos genéricos (acetaminofén e ibuprofeno) pueden ser más fáciles de conseguir que sus versiones de marca como Tylenol y Motrin, y en esencia son exactamente iguales. Al suministrarlos a tu hijo, asegúrate de seguir bien las indicaciones de dosis y no exceder los intervalos sugeridos.
- No acapares: si tienes la suerte de encontrar ibuprofeno o acetaminofén pediátricos, no caigas en la tentación de comprar muchos frascos a la vez. Por lo general con uno basta para varios días de tratamiento y así no contribuirás a la escasez. Piensa en otros padres que también podrían necesitarlos.
- Bajo ningún concepto intentes darles acetaminofén o ibuprofeno para adultos: no recurras a ‘trucos’ como picar pastillas para intentar darles la dosis adecuada pues esto puede ser muy peligroso. Asegúrate de que la medicina esté concebida para la edad de tu hijo. Mientras los bebés solamente pueden tomarlos en su versión líquida, hay opciones específicas de pastillas masticables para niños más grandes.
- ¿Hay diferencia entre el ibuprofeno o el acetaminofén? El tylenol, o acetaminofén, reduce el dolor y la fiebre. El ibuprofeno (Advil o Motrin) es un medicamento antiinflamatorio no esteroideo que, además de reducir el dolor y la fiebre, ayuda con la inflamación. El primero se puede administrar de cada 4 a 6 horas y el segundo de cada 6 a 8 horas y no debe darse con el estómago vacío. Si bien es posible alternarlos, hay que seguir al pie de la letra las instrucciones del médico para no confundirse o equivocarse con las dosis y tiempos, lo que podría ser peligroso.
- Nunca les des aspirina: esta medicina puede causar en raros casos una condición severa llamada síndrome de Reye, que causa inflamación del cerebro y el hígado.
- Los antibióticos no sirven contra los virus. A menos de que tu médico recete a tu hijo un antibiótico por presentar una infección bacteriana (como una otitis o sinusitis que puede darse después de un cuadro viral), estos medicamentos no ayudarán ni con los síntomas, ni a acortar la duración de la enfermedad. “Los antibióticos no harán que un virus desaparezca más rápido porque solamente funcionan contra las bacterias”, recalca la pediatra Liz Donner.
- Ante cualquier duda, consulta con tu pediatra. Recuerda que la mayoría de los consultorios pediátricos tienen la opción de que los padres puedan llamar por teléfono 24/7 y hablar con una enfermera o con el pediatra para aclarar dudas, que les den instrucciones o consultar si realmente necesitan hacer una cita o llevar al niño al hospital. Correr a la sala de emergencias no siempre es necesario. Recuerda que hay otras opciones como centros de urgencias o servicios de telemedicina disponibles. Los farmaceutas también pueden ayudarte a aclarar cualquier pregunta sobre dosificación o medicinas infantiles.