En la ciudad de Nueva York se celebró este domingo la edición 59 del Desfile de la Hispanidad, convirtiéndose en una poderosa vitrina para exhibir con orgullo la identidad, la historia y con especial contundencia la ascendente presencia de los hispanoparlantes de todo el continente en la Gran Manzana.

La céntrica Quinta Avenida de Manhattan recibió una vez más a una marejada humana que representaba a 21 países, con carrozas, comparsas y desfiles alegóricos. Y aunque el elemento unificador de la cultura hispana es un mismo idioma, este desfile vino nuevamente a demostrar la gran diversidad, de todo un continente.

Por lo menos, 40 organizaciones culturales de todos los países de Suramérica, Centroamérica, el Caribe y España estuvieron presentes.

“Hay muchas razones para sentirnos orgullosos de lo que somos. La aplastante mayoría de nuestra gente es honrada y trabajadora. Aunque como en toda familia, puede existir una oveja negra, de manera abrumadora esta ciudad maravillosa depende de nosotros para seguir siendo lo que es…una tierra de oportunidades”, gritaba emocionada la inmigrante boliviana Lindy Calvo, quien aplaudía las expresiones artísticas que cruzaban una de las arterias viales neoyorquinas más icónicas del mundo.

La suramericana con 25 años trabajando en la ‘capital del mundo’, exalta que en los últimos meses hay “más y más hispanos”.

“Te sientes como en casa. Debemos ser más unidos como lo son otras culturas. Todos somos inmigrantes o hijos de inmigrantes. Es muy malo, es terrible, esos gestos de odio que he visto entre nosotros mismos últimamente. A los recién llegados debemos apoyarlos. Todos vinimos en algún momento tras un sueño”, dijo Lindy.

Un subregistro de hispanos

En efecto, como describe la boliviana, la población de origen latino de Nueva York ha crecido más del 15% durante la última década, según las proyecciones del Censo de 2020.

Específicamente en la Gran Manzana la comunidad hispanoparlante es cada vez más significativa. Oficialmente son 2,335,076 personas, aunque en los hechos este número podría quedarse “pequeño” en 2023, de acuerdo con el cruce de varios análisis.

El último conteo poblacional de 2020, estuvo definido por un subregistro marcado por la pandemia y por el miedo de algunas comunidades indocumentadas de contarse durante la Administración de Donald Trump.

Calladitos y bajo perfil

Pero a esta estadística oficial, además hay que adicionarle la última oleada migratoria , en su mayoría de países latinos, que han estado viniendo sin pausas a la ciudad de Nueva York desde la primavera de 2022.

“Cuando los cómputos oficiales indican, que han registrado más de 100 mil desde el año pasado, se refieren sólo a aquellos que han solicitado oficialmente refugio. Pero la verdad es que ese número se puede multiplicar por 10. En ciudades y pueblos pequeños de Long Island, por ejemplo, tenemos cientos de nuevos vecinos de nuestros países, que llegaron calladitos y bajo perfil”, argumentó el salvadoreño Sergio Durán, de 60 años, residenciado en Huntington.

Como miles de sus paisanos centroamericanos, Sergio destaca que hay una oleada que nadie cuenta, porque llegan con conexiones familiares, con amigos, pero que siguen integrándose al trabajo duro y a las comunidades.

“Somos los constructores, los jardineros, los de limpieza, los que cocinamos y servimos, pero ya nuestros hijos empiezan a ser profesionales. Serán los doctores, los maestros del mañana. Y debemos sentirnos orgullosos de lo que somos. Debemos evitar calificarnos entre nosotros mismos, como criminales y gente negativa. La mayoría es gente de bien”, aseveró Sergio, quien viajó a la Gran Manzana a disfrutar del desfile.

Con una historia de más de medio siglo, este desfile ha ido experimentando cambios generacionales. Al principio los participantes eran inmigrantes, pero ahora, toman parte protagónica sus hijos de primera y segunda generación, nacidos acá.