Henry Kissinger, quien murió el miércoles a la edad de 100 años, personificó la política exterior de Estados Unidos durante las administraciones de Nixon y Ford, fungiendo como secretario de Estado bajo ambos presidentes y generando elogios por sus éxitos diplomáticos y controversia por su calculadora visión política del mundo.
Su muerte fue anunciada por su empresa consultora y no se dio ninguna causa.
Conocido por ser un académico, ganador del Premio Nobel de la Paz y un destacado refugiado en Estados Unidos, Kissinger se convirtió en un icono cultural, inspirando innumerables biografías, tanto favorables como no favorables, y satirizado por gente como Monty Python.
El pensador conservador ayudó a lograr una serie de éxitos diplomáticos, incluido el acercamiento con China y la distensión con la Unión Soviética. Fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz junto con Le Duc Tho de Vietnam del Norte por sus esfuerzos para negociar el fin de la guerra de Vietnam.
Kissinger también obtuvo múltiples logros en el Oriente Medio, como la negociación del Acuerdo del Sinaí de 1975 entre Egipto e Israel y el trabajo para avanzar en el proceso de paz árabe-israelí más amplio en esfuerzos que se conocieron como “diplomacia de lanzadera”.
























