La hipertensión afecta actualmente a una gran proporción de la población adulta en Estados Unidos, un problema de salud pública que ha sido motivo de creciente preocupación en las últimas décadas. Casi el 48% de los adultos en el país padecen de esta condición, y, según los datos más recientes del Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS, por sus siglas en inglés), la falta de diagnóstico en una parte significativa de esta población agrava los riesgos potenciales, que incluyen enfermedades cardiovasculares severas como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Según el NCHS, la hipertensión, también conocida como presión arterial alta, es una condición crónica que aumenta la presión dentro de las arterias, lo que obliga al corazón a trabajar más intensamente para bombear sangre a través del sistema circulatorio. Este incremento constante de la presión arterial puede llevar a una serie de complicaciones, en especial si no se controla a tiempo mediante un diagnóstico y tratamiento adecuados. En el contexto de los recientes hallazgos de la Asociación Estadounidense del Corazón, se ha descubierto que la presión arterial elevada no solo afecta a los adultos, sino que también está presente en uno de cada siete niños estadounidenses, lo que añade una dimensión a la situación.

El informe destaca que alrededor del 41% de los adultos con hipertensión desconocen que padecen esta afección. La falta de síntomas evidentes en las etapas tempranas contribuye a este desconocimiento, que suele persistir hasta que se desarrollan complicaciones graves. Las conclusiones del NCHS se basan en una encuesta exhaustiva de dos años, realizada entre agosto de 2021 y agosto de 2023, que incluyó tanto entrevistas en hogares como evaluaciones médicas estandarizadas en unidades móviles. En estas evaluaciones, se registraron hasta tres mediciones de presión arterial por cada participante, lo que brindó una muestra confiable y detallada del estado de salud de la población.

El estudio del NCHS define la hipertensión como una presión arterial sistólica igual o superior a 130 mm Hg o una presión diastólica de al menos 80 mm Hg, o la condición de tomar medicamentos para reducir la presión arterial. En este contexto, se identificó que la prevalencia de hipertensión es mayor entre los hombres, con un 50.8% afectados, en comparación con el 44.6% de las mujeres. Sin embargo, la identificación y reconocimiento de la enfermedad también varía, ya que los hombres tienen menos probabilidades de estar al tanto de su condición en comparación con las mujeres, lo que podría influir en la toma de medidas para su control.

La prevalencia de hipertensión se incrementa significativamente con la edad, revelando un claro patrón demográfico en la afectación de la enfermedad. Entre los adultos jóvenes, de 18 a 39 años, se observa una tasa de hipertensión del 23.4%, cifra que se eleva dramáticamente al 52.5% en el grupo de edad de 40 a 59 años. Finalmente, en los adultos mayores de 60 años, la tasa supera el 70%, lo que evidencia que las personas en etapas avanzadas de la vida están particularmente vulnerables ante esta condición.

En cuanto a las metas de salud pública, los datos obtenidos muestran que Estados Unidos aún enfrenta desafíos para alcanzar los objetivos establecidos en el programa “Healthy People 2030”. Este programa propone reducir la tasa de hipertensión en adultos al 41.9% o menos, una meta que, de acuerdo con el reporte del NCHS, aún no ha sido alcanzada. Sin embargo, se observa un progreso positivo en el control de la hipertensión, con un 20.7% de los adultos hipertensos logrando mantener su presión arterial bajo control, superando el objetivo propuesto del 18.9%. Estos hallazgos destacan la urgencia de implementar políticas y campañas de concienciación y prevención que puedan reducir tanto la prevalencia como el impacto de la hipertensión en la población. Aumentar el acceso a exámenes de detección temprana, especialmente en poblaciones de alto riesgo y en comunidades donde el acceso a servicios de salud es limitado, es esencial para evitar complicaciones graves y mejorar la calidad de vida de millones de estadounidenses.