Una nueva revisión sistemática publicada en la revista BMC Public Healthpone de manifiesto que el comportamiento sedentario, especialmente durante más de seis horas al día, incrementa significativamente el riesgo de padecer dolor de cuello. Este hallazgo se basa en el análisis de 25 estudios previos que incluyeron a más de 43,000 personas de 13 países diferentes. Los autores del estudio definieron el comportamiento sedentario como aquellas actividades realizadas en estado de vigilia que implican un gasto energético muy bajo, como el uso de teléfonos móviles, computadoras y la televisión.

En particular, el uso del teléfono móvil se destacó como la actividad más perjudicial, ya que se asoció con un aumento del 82% en la probabilidad de desarrollar dolor en el cuello. Aunque la computadora también se vinculó con un aumento en el riesgo de sufrir este tipo de dolor, el impacto fue considerablemente menor, solo un 23%. Por otro lado, ver la televisión no presentó un riesgo estadísticamente significativo para el dolor de cuello, según los datos recopilados por los investigadores.

El tiempo dedicado a actividades sedentarias también mostró una correlación directa con el riesgo de dolor cervical. Mientras que las personas que no realizaban actividades sedentarias tenían un bajo riesgo de sufrir molestias en el cuello, aquellos que permanecían sentados durante un mínimo de cuatro horas al día experimentaban un aumento del 45% en la probabilidad de sufrir dolores en esta área. Sin embargo, las cifras se disparaban cuando el tiempo de sedentarismo superaba las seis horas diarias, el riesgo de dolor de cuello se incrementaba casi un 88% en comparación con las personas activas.

El estudio no solo subraya los riesgos asociados con el sedentarismo, sino que también plantea una hipótesis interesante sobre la influencia de la tecnología en nuestros hábitos diarios. Los investigadores sugieren que la creciente dependencia de dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles, tabletas y computadoras, ha alterado tanto las actividades laborales como las de ocio, promoviendo un estilo de vida más sedentario. Además, destacan que muchas personas tienden a adoptar posturas inadecuadas al usar estos dispositivos, como encorvar los hombros o flexionar excesivamente el cuello.

Uno de los factores más relevantes mencionados en el estudio es el cambio de estilo de vida impulsado por la pandemia de COVID-19. Durante el confinamiento, muchas personas pasaron a trabajar desde casa, lo que incrementó las horas dedicadas a tareas sedentarias. El trabajo en línea, unido al aumento de tiempo frente a las pantallas por ocio, ha creado una combinación peligrosa que favorece la aparición de dolor en el cuello y otros problemas musculoesqueléticos.

Los expertos explican que la postura habitual al utilizar dispositivos electrónicos puede ser perjudicial para los músculos del cuello y la parte superior de la espalda. Estos músculos tienden a mantenerse tensos durante largos períodos, lo que altera su equilibrio entre longitud y tensión. Esta condición muscular puede provocar dolor crónico y otros problemas en la zona cervical, además de contribuir a trastornos musculoesqueléticos a largo plazo.

El estudio resalta la importancia de la concienciación sobre los efectos negativos del sedentarismo y la adopción de hábitos más saludables, como pausas activas o el uso de dispositivos ergonómicos, para prevenir el dolor de cuello y otros trastornos. Asimismo, los investigadores sugieren que tanto los trabajadores como las personas que pasan mucho tiempo frente a las pantallas deben ser conscientes de la importancia de ajustar su postura y realizar ejercicios de estiramiento para mitigar los riesgos asociados con el sedentarismo.

En conclusión, este estudio refuerza la necesidad urgente de revisar nuestros hábitos diarios en relación con el tiempo que pasamos sentados frente a pantallas y el impacto que esto tiene en nuestra salud musculoesquelética. La clave, según los expertos, radica en encontrar un equilibrio entre el uso de la tecnología y la actividad física para prevenir futuros problemas de salud.