Con la llegada del verano vienen los días soleados y las actividades al aire libre, pero cuando calienta el sol también aumenta la exposición a factores que afectan la salud de la piel. Para mantenerla protegida, sana y radiante durante esta temporada, es fundamental adoptar una rutina de cuidado consciente.
A continuación presentamos 5 recomendaciones esenciales, respaldadas por expertos y organizaciones dermatológicas, para que tu piel disfrute del verano tanto como tú.
1 Aplica protector todos los días y en cantidades generosas: es un básico, pero debes asegurarte de escoger uno de amplio espectro (que protege contra los dos tipos de radiación ultravioleta; los rayos UVA y los rayos UV, la principal causa del envejecimiento de la piel con un Factor de Protección Solar de 30 o más
La Academia Americana de Dermatología (AAD) enfatiza que el protector solar debe aplicarse diariamente, incluso en días nublados, y reaplicarse cada dos horas, o más frecuentemente si se suda o se nada.
En la misma línea, la doctora Elizabeth Hale, vicepresidenta senior de la Skin Cancer Foundation, insiste en que “el protector solar es el paso más importante en cualquier rutina de cuidado de la piel, especialmente en verano”.
2.Busca la sombra y evita las horas pico de radiación solar: la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) y la Organización Mundial de la Salud aconsejan encarecidamente buscar la sombra, especialmente entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando los rayos UV son más intensos. Esto reduce significativamente la exposición directa a la radiación solar dañina. La sombra es su mejor amiga durante las horas pico de sol. Ningún protector solar puede bloquear el 100% de los rayos UV, por lo que la combinación de sombra y protector solar es crucial”.
Para la protección externa, los expertos recomiendan usar una crema hidratante ligera y no comedogénica después de la exposición al sol y la ducha para reponer la barrera cutánea
La doctora Ranella Hirsch, dermatóloga certificada, señala que “una piel bien hidratada es una piel sana. El calor del verano puede despojar a la piel de su humedad, por lo que es vital reponerla tanto bebiendo agua como aplicando humectantes tópicos”.
4.Prendas protectoras, una segunda piel: Tanto La AAD como la Skin Cancer Foundation recomiendan usar ropa de manga larga, pantalones largos, sombreros de ala ancha que cubran la cara, el cuello y las orejas, y gafas de sol con protección UV 100% como formas efectivas de protección física contra el sol. La ropa con un Factor de Protección Ultravioleta (FPU) es particularmente beneficiosa.
Organizaciones como la Skin Cancer Foundation evalúan y certifican productos de ropa con FPU, validando su eficacia en la protección solar.
5.Incorporar antioxidantes tópicos y orales: si bien no reemplazan el protector solar, los antioxidantes (como la vitamina C, E y el té verde) pueden ayudar a neutralizar los radicales libres generados por la exposición a los rayos UV, que contribuyen al daño celular y al envejecimiento de la piel. Las guías dermatológicas a menudo mencionan el papel de los antioxidantes como un complemento en la fotoprotección.
La doctora Doris Day, dermatóloga cosmética, sugiere que “los antioxidantes actúan como una segunda línea de defensa contra el daño solar. Pueden ayudar a mitigar los efectos de los rayos UV que el protector solar no bloquea por completo”.