Es posible que hayas escuchado el término en inglés ADHD o attention-deficit/hyperactivity disorder o en español TDAH o trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

Antes se llamaba attention-deficit disorder ADD, en inglés o trastorno por déficit de atención, en español TDA. Podría ser uno de los trastornos del neurodesarrollo más comunes en la infancia. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), el TDAH afecta a alrededor del 10% de los niños del país en edad escolar.

Es difícil para las personas con TDAH prestar atención. Suelen ser niños hiperactivos y/o impulsivos. Este trastorno puede manifestarse como si el niño estuviera soñando despierto frecuentemente, o que olvida o pierde cosas con facilidad. Es posible que hable demasiado en clase o que tenga dificultades para llevarse bien con los demás.

Esto puede conducir a malas calificaciones, baja autoestima o incluso depresión y ansiedad. Se desconocen las causas exactas del TDAH. Los científicos han descubierto que ciertos mensajeros bioquímicos, la dopamina y la norepinefrina, están menos disponibles en ciertas áreas del cerebro en los niños con TDAH.

Es un mito el decir que el TDAH es causado por comer demasiada azúcar, pasar mucho tiempo frente a las pantallas o por las responsabilidades de la paternidad. Los CDC estiman que seis millones de niños (el equivalente a 6.8% de la población infantil en Estados Unidos), entre las edades de tres a 17 años, han sido diagnosticados con TDAH desde 2016. Los niños afroamericanos no hispanos (el 16.9% del total) tenían más probabilidades que los niños blancos no hispanos (14.7%) o hispanos (11.9%) de ser diagnosticados con TDAH.

¿Cómo se diagnostica el TDAH?

Las imágenes cerebrales o los análisis de sangre no se utilizan para diagnosticar el TDAH. Los pediatras pueden diagnosticar el TDAH mediante el uso de evaluaciones especializadas. Una de las evaluaciones más utilizadas es la Escala de Evaluación de Vanderbilt. Requiere que los adultos de dos entornos diferentes completen las evaluaciones de forma independiente. La mayoría de las veces, se le da una evaluación al padre y otra al maestro. Los resultados de estas evaluaciones junto con un historial médico detallado suelen ser suficientes para que un pediatra diagnostique el TDAH.

¿Qué puedes hacer si tu hijo es diagnosticado con TDAH?

Cada niño es diferente. Eso significa que su tratamiento será específicamente recetado para tratarlo. Sin embargo, ha habido investigaciones en este tema que ayudan a los pediatras a elaborar certeros planes de tratamiento. Los medicamentos son muy eficaces para la mayoría de los niños de seis o más años. Para los niños más pequeños, los doctores tratan de no comenzar con medicamentos. Las terapias conductuales, como las capacitaciones para padres, se utilizan mucho. Muy frecuentemente se utilizan al mismo tiempo tratamientos con medicamentos junto con terapias conductuales. Además, las escuelas deben crear un entorno que permita que los niños con TDAH prosperen.

¿Qué medicamentos están disponibles?

Hay tres categorías diferentes de medicamentos que han sido aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés). Estos incluyen estimulantes, no estimulantes y no estimulantes de segunda línea. Los estimulantes son los más efectivos. Son los medicamentos que se recetan con más frecuencia por los pediatras. Hay dos tipos de estimulantes. Las anfetaminas como el Adderall y el metilfenidato como Ritalin. Estos medicamentos actúan mejorando la producción y disponibilidad de dopamina y norepinefrina que son mensajeros químicos en el cerebro. Al hacerlos más disponibles, mejoran la forma en que las células cerebrales se comunican entre sí. Por lo general, estos medicamentos deben tomarse a diario.

¿Qué debo tener en cuenta si mi hijo va a tomar medicamentos para el TDAH?

Las investigaciones muestran que los síntomas del TDAH se reducen hasta la mitad después de comenzar a tomar medicamentos. Los efectos secundarios más comunes son pérdida de peso, problemas para dormir, dolores de cabeza o de estómago. Su pediatra va a monitorear cualquier efecto secundario. Un cambio de medicamento puede reducir los efectos secundarios. Los efectos no deseados pueden producirse debido a que la dosis de medicamento no es adecuada, o al momento en que se inicia o toma el medicamento o por cambiar a otro tipo de medicamento.

Un efecto secundario muy raro de los medicamentos estimulantes es que pueden empeorar los problemas cardíacos. Tu pediatra te preguntará acerca de cualquier antecedente personal o familiar de problemas cardíacos antes de recetar cualquier estimulante.

Es posible que hayas escuchado que el uso de estimulantes a una edad temprana puede aumentar el riesgo de consumo de sustancias más adelante en la vida. Estudios médicos de investigación han demostrado que esto no es del todo cierto. Los niños con TDAH que reciben un tratamiento temprano y a largo plazo con medicamentos estimulantes en realidad tienen un menor riesgo de consumo de sustancias en el futuro.

Si crees que tu hijo tiene el TDAH, sería bueno hablar de tus preocupaciones con el pediatra o especialista en salud mental de tu hijo. Puedes encontrar más información en línea en el Centro de Recursos para el TDAH de los CDC o de la Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y Adolescente.