Una nueva variante del Covid-19 identificada como NB.1.8.1 ha comenzado a atraer la atención de las autoridades sanitarias internacionales por su posible papel en el reciente repunte de hospitalizaciones respiratorias en Asia. Aunque su circulación en Estados Unidos no ha desencadenado un incremento significativo en los casos, su presencia creciente entre viajeros internacionales genera inquietud sobre una posible propagación más amplia.
Además de los estados mencionados, la variante también ha sido reportada en Hawái, Rhode Island y Ohio. Su expansión geográfica sugiere una circulación silenciosa en suelo estadounidense desde finales de marzo, aunque los datos más recientes no muestran un incremento de los casos, la tasa de positividad en las pruebas virales descendió un 12% durante la última semana de información disponible.
Taiwán también ha experimentado un repunte importante, con un incremento del 78% en las visitas por Covid-19 a las salas de emergencia en la semana que finalizó el 3 de mayo. En este país, la NB.1.8.1 se ha convertido en la variante dominante. Por su parte, Hong Kong reporta su nivel más alto de hospitalizaciones por Covid en el último año, lo que ha llevado a las autoridades a reforzar recomendaciones sobre el uso de mascarillas en espacios públicos, especialmente en transporte colectivo y áreas con alta densidad de personas.
Expertos en virología de China han advertido que esta nueva cepa parece tener una mayor capacidad para unirse a las células humanas, lo que explicaría su mayor transmisibilidad en comparación con variantes anteriores. Aunque todavía se están realizando estudios más amplios para entender su impacto clínico, los primeros hallazgos han sido suficientes para que países como Hong Kong emitan advertencias preventivas a la población vulnerable.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos ya ha tomado nota de esta situación. En una reunión reciente, funcionarios del CDC y la FDA discutieron la posible actualización de las vacunas actuales, que se dirigen principalmente a la variante JN.1 y sus descendientes. Si bien en EE.UU. la variante dominante sigue siendo LP.8.1, descendiente de JN.1, la aparición de NB.1.8.1 ha sido mencionada como un posible factor de preocupación en las futuras estrategias de vacunación. Hasta ahora, solo la variante XFC ha mostrado un crecimiento sostenido dentro del país, según las autoridades sanitarias.
Mientras tanto, el llamado de las autoridades médicas es claro, mantener la vigilancia activa, especialmente en las fronteras y puntos de entrada, y fortalecer las medidas preventivas básicas como el uso de mascarillas en situaciones de riesgo. Aunque la situación no es aún crítica en Estados Unidos, los patrones que se observan en Asia sugieren que la nueva variante podría tener un impacto más amplio si no se contiene a tiempo.