El uso prolongado de auriculares durante el sueño puede conllevar diversas complicaciones de salud. Los especialistas en otorrinolaringología y neurología advierten sobre los riesgos pueden incluir pérdida auditiva, infecciones y alteraciones del sueño.
Se destaca que, aunque muchos buscan relajarse, la utilización inadecuada de auriculares puede tener consecuencias adversas.
Limitar el volumen, evitar dispositivos intraurales y reducir la exposición continuada son algunas de las recomendaciones dadas por los expertos de ambas disciplinas, citados por Sanitas en una nota de prensa, en la que pone el foco en cómo los hábitos digitales han transformado las rutinas de descanso.
Impacto en la calidad del sueño
Dad que, cada vez más personas recurren a auriculares para escuchar música relajante, pódcast o contenido ASMR (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma) como ayuda para conciliar el sueño, vale advertir lo perjudicial que puede ser este hábito, recoge la agencia EFE.
Enfatizan que la exposición prolongada al sonido, incluso a bajo volumen, puede causar irritación en el conducto auditivo y potencialmente llevar a complicaciones como la otitis externas.
A su vez, mencionan que estos hábitos pueden alterar los ciclos naturales del sueño, impactando negativamente en la memoria y atención.
“El cerebro necesita ciclos alternos de sueño profundo y ligero para llevar a cabo sus funciones de reparación. La estimulación sonora constante puede fragmentar estos ciclos, empeorando la calidad del descanso y afectando a largo plazo a la memoria, la atención o el rendimiento cognitivo”, señala el doctor Casals, jefe del servicio de Neurología del Hospital Sanitas Virgen del Mar, en Madrid.
Se comenta que la estimulación continua durante la noche puede fragmentar los ciclos de sueño, lo que agrava la calidad del mismo y puede acarrear problemas cognitivos a largo plazo.
Estrategias para el uso seguro
Entre los consejos para mitigar los efectos de los auriculares en horas nocturnas y crear hábitos saludables están:
Se recomienda establecer rutinas sin estímulos auditivos antes de dormir, y evitar dispositivos intraurales que obstruyan el canal auditivo.
Limitar el volumen por debajo del 60% y restringir el uso a los primeros 30 minutos del sueño puede reducir riesgos.
Es esencial limpiar los auriculares regularmente para prevenir infecciones, debido a la acumulación de suciedad o humedad.
Estudios científicos respaldan los riesgos
Existen estudios científicos y opiniones de expertos que respaldan los riesgos asociados con la utilización de auriculares durante el sueño. Además de los especialistas en otorrinolaringología y neurología, que advierten que dormir con auriculares implica una exposición prolongada al sonido, incluso a bajo volumen; así como que puede provocar irritación en el conducto auditivo, otitis externa, acumulación de cerumen, y a largo plazo, pérdida de audición o tinnitus (zumbidos en los oídos) especialmente con dispositivos intraurales, también el uso continuado de auriculares por la noche puede alterar la arquitectura natural del sueño.
Fragmentar los ciclos de sueño profundo y ligero afecta negativamente la calidad del descanso y puede repercutir en la memoria, la atención y el rendimiento cognitivo.
También se ha observado que la música o sonidos escuchados durante el sueño pueden permanecer en la mente y provocar un despertar con canciones pegajosas o mala calidad del sueño.
Estos efectos están respaldados por estudios y análisis realizados por expertos, incluyendo especialistas de hospitales y universidades reconocidas, así como estudios publicados en revistas científicas sobre la relación entre música, audición y sueño.
Fases del sueño
Las fases del sueño se dividen principalmente en dos grandes tipos: sueño sin movimientos oculares rápidos (sueño No REM) y sueño con movimientos oculares rápidos (sueño REM). Dentro del sueño No REM existen varias etapas, clasificadas comúnmente en 3 o 4 fases según la fuente, en las cuales el cuerpo y la actividad cerebral van pasando por diferentes estados de relajación y recuperación.
Fases del sueño No REM:
- Fase 1 (Adormecimiento o sueño ligero). Etapa inicial de transición desde la vigilia hacia el sueño, dura alrededor de 10 minutos. En esta fase, la actividad cerebral comienza a desacelerarse y los músculos se relajan, aunque es fácil despertarse.
- Fase 2 (Sueño ligero). Ocupa aproximadamente el 50% del ciclo de sueño. El cuerpo desconecta del entorno, la respiración y el ritmo cardíaco se ralentizan y la actividad cerebral varía entre períodos más y menos intensos, dificultando el despertar.
- Fase 3 (Sueño profundo o sueño de ondas lentas). Es la etapa más reparadora y profunda, donde la actividad cerebral es muy lenta y sincronizada (predominan las ondas delta). El cuerpo está completamente relajado, disminuye la presión arterial y el ritmo cardíaco y se liberan hormonas importantes para la recuperación física. Resulta difícil despertarse en esta fase.
Fase REM (Movimiento rápido de ojos):
Es la fase en la que ocurren la mayoría de los sueños. Durante la fase REM, la actividad cerebral es similar a la vigilia mientras los músculos permanecen paralizados. Esta fase es crucial para el desarrollo de la memoria, el procesamiento emocional y el bienestar cerebral. Los ojos se mueven rápidamente bajo los párpados y la duración de esta fase varía en cada ciclo de sueño.
Ciclos del sueño:
El sueño se organiza en ciclos de aproximadamente 80 a 100 minutos, durante los cuales sucesivamente se atraviesan las fases No REM y REM varias veces a lo largo de la noche.
Alternativas para el sueño y la relajación
Se sugiere escuchar sonidos neutros, naturales o ruido blanco, que son menos invasivos para el cerebro y pueden mejorar la calidad del descanso.