Durante años, Tanya Murphy convivió con un persistente sentimiento de fracaso e incapacidad para concentrarse. En su entorno social cristiano de Georgia, hablar de salud mental era casi un tabú. “Dios no permita que tengas un problema de salud mental”, comenta Murphy, ahora residente de Arlington, Virginia. La solución, según le decían, era ayunar y rezar. Sin embargo, al alcanzar los 40 años, se dio cuenta de que no podía seguir ignorando su ansiedad y pensamientos suicidas.
Murphy comenzó a investigar sus síntomas y, después de décadas de sentirse etiquetada como perezosa o distraída, sospechó que podría tener trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Su diagnóstico llegó finalmente a los 53 años, transformando su vida. Con medicación, terapia y meditación, logró mejorar su concentración y dejar atrás la depresión y ansiedad que la habían acompañado durante tanto tiempo.
Este fenómeno no es aislado. En las últimas dos décadas, el diagnóstico de TDAH en adultos ha experimentado un notable incremento. Según datos de Truveta, una compañía de análisis de datos sanitarios, entre enero de 2021 y octubre de 2024, los diagnósticos de TDAH en adultos mayores de 30 años aumentaron en más del 60 %. Este crecimiento está impulsado por factores como el acceso a la telemedicina, una mayor visibilidad del trastorno en redes sociales y un cambio cultural que favorece el reconocimiento de problemas de salud mental en edades más avanzadas.
El caso de Dolores Brown, de 46 años, ilustra esta tendencia. Años atrás, le diagnosticaron incorrectamente trastorno bipolar, lo que la llevó a cuestionar su salud mental. Fue un terapeuta reciente quien planteó la posibilidad de que tuviera TDAH. Cuando finalmente se confirmó el diagnóstico en 2023, Brown sintió un alivio inmenso, describiendo el proceso como encontrar la pieza faltante de un rompecabezas que había estado tratando de armar toda su vida.
El TDAH en adultos ha sido históricamente subdiagnosticado, especialmente en mujeres y personas de color. Estudios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indican que más del 60 % de las mujeres con TDAH son diagnosticadas en la adultez, en comparación con solo el 40 % de los hombres. Además, investigaciones sugieren que los síntomas pueden intensificarse durante la menopausia, un periodo en el que muchas mujeres enfrentan otros desafíos emocionales y físicos.
La pandemia de COVID-19 también jugó un papel clave en este aumento. Factores como el estrés laboral, los cambios en las rutinas y las nuevas responsabilidades familiares exacerbaron las dificultades de muchas personas. Kyle Lampe, de 37 años, vio su vida profesional y personal dar un giro drástico durante este periodo. Obligado a cambiar de carrera y enfrentar un ritmo de vida más agitado, se dio cuenta de que los síntomas que había ignorado en su juventud, como la falta de concentración y la inquietud, estaban afectando su desempeño. Tras obtener un diagnóstico en 2023, comenzó a comprender cómo el TDAH había influido en sus decisiones y relaciones.
Las redes sociales también han sido un catalizador para la identificación del TDAH. En plataformas como TikTok, hashtags como ADHD han acumulado millones de publicaciones, muchas de las cuales describen experiencias personales que resuenan con quienes nunca consideraron tener el trastorno. Sin embargo, este fenómeno tiene sus críticos. Expertos como el Dr. Stephen Hinshaw, de la Universidad de California, Berkeley, advierten sobre los riesgos de diagnósticos superficiales basados únicamente en cuestionarios en línea.
Aunque muchas personas optan por acudir a médicos generales, psiquiatras o terapeutas para un diagnóstico formal, la ausencia de directrices clínicas claras en Estados Unidos sobre cómo diagnosticar el TDAH en adultos puede llevar a evaluaciones inconsistentes. Tanya Murphy, por ejemplo, pagó de su bolsillo una evaluación neuropsicológica, mientras que Kyle Lampe logró cubrirla a través de su seguro médico.
A pesar de los retos, el aumento en los diagnósticos de TDAH en adultos representa un cambio positivo para muchas personas que, como Murphy y Brown, han vivido años de frustración y malentendidos. Reconocer el trastorno no solo les permite entender su pasado, sino también construir un futuro con herramientas que les ayuden a manejar sus síntomas y vivir plenamente. El creciente reconocimiento del TDAH en adultos subraya la importancia de romper estigmas y fomentar una conversación abierta sobre la salud mental.