Una nueva investigación de Nueva Inglaterra asegura que consumir alcohol con moderación puede conducir a reducciones a largo plazo en la señalización del estrés dentro del cerebro.
Este impacto positivo en los sistemas de estrés del cerebro parece explicar significativamente las reducciones en los eventos cardiovasculares entre los bebedores leves a moderados que participaron en este estudio.
“No estamos defendiendo el uso de alcohol para reducir el riesgo de ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares debido a otros efectos preocupantes del alcohol en la salud”, dice el autor principal y cardiólogo Ahmed Tawakol, MD, codirector del Centro de Investigación de Imágenes Cardiovasculares en Massachusetts, Hospital General, en comunicado de prensa.
”Queríamos entender cómo el consumo de alcohol ligero a moderado reduce las enfermedades cardiovasculares, como lo demuestran muchos otros estudios. Y si pudiéramos encontrar el mecanismo, el objetivo sería encontrar otros enfoques que pudieran replicar o inducir los efectos cardíacos protectores del alcohol sin los efectos adversos del alcohol”.
Estudios epidemiológicos anteriores ya revelaron que el consumo de alcohol de ligero a moderado (una bebida al día para las mujeres y una o dos bebidas al día para los hombres) está relacionado con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Sin embargo, aún no estaba claro si el alcohol estaba induciendo algún beneficio cardiovascular, o si tal vez los comportamientos de salud, el estado socioeconómico u otros factores de los bebedores ocasionales estaban protegiendo sus corazones.
Los autores del estudio analizaron un subconjunto de 754 personas que se habían sometido previamente a imágenes cerebrales PET/CT (principalmente para la detección del cáncer).
A través de esto intentaron medir el efecto del consumo de alcohol de ligero a moderado en las actividades de la red neuronal relacionada con el estrés en reposo.
Esas imágenes del cerebro mostraron una reducción de la señalización del estrés en la amígdala, la región del cerebro que se cree que está asociada con las respuestas al estrés.
Entre las personas que bebían poco o moderadamente en comparación con otras que se abstenían del alcohol por completo o bebían muy poco.
Además, cuando los investigadores observaron el historial de eventos cardiovasculares de estos individuos, notaron menos ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares entre los bebedores leves a moderados.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el alcohol es un factor de riesgo para más de 200 trastornos de salud.