Un reciente análisis de Trusted Source publicado por JAMA halló un posible vínculo entre el consumo prolongado de bebidas azucaradas y las enfermedades hepáticas. La conexión se investigó en 98,786 datos proporcionados por Salud de la Mujer, en los que incluyen a mujeres posmenopáusicas que tienen entre 50 y 79 años de edad.

Los datos revelan que las personas que consumen bebidas azucaradas diariamente tienen una tasa de mortalidad por enfermedad hepática crónica alta. El número se reduce considerablemente en las mujeres que informaron tomar sólo tres o menos de estos líquidos endulzados artificialmente al mes.

El estudio también analizó los casos de cáncer de hígado que representan 18 por 100.000 para quienes consumían bebidas azucaradas y, en cambio, un 10,3 en el grupo que informó beber tres o menos al mes.

Estos datos son relevantes debido que el 63% de los adultos estadounidenses consumen bebidas azucaradas todos los días, según indicó uno de los autores del estudio el doctor Longgang Zhao. Así mismo el coautor, el doctor Xuehong Zhang, apuntó a que hay un vacío importante de información en este ámbito en el país.

“La identificación de nuevos factores dietéticos puede informar la etiología de la enfermedad y las estrategias de prevención primaria para el cáncer de hígado y la mortalidad por enfermedad hepática crónica”, dijo.

La investigación se basó en el estudio observacional, por ello los científicos piden que el vínculo sea verificado con otro tipo de estudios como los experimentales con animales. De esta manera se podrían confirmar los resultados y determinar por qué existe la conexión entre el consumo de bebidas azucaradas y este tipo de enfermedades.

No son buenas para la salud

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indican que el consumo frecuente de bebidas azucaradas se asocia con el aumento de peso, la obesidad, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardíacas y renales, las caries dentales y la gota, un tipo de artritis.

Solemos relacionar las bebidas azucaradas como refrescos regulares únicamente, pero no, estas también incluyen las deportivas, energéticas, aguas endulzadas, té con azúcar agregado e incluso las de café o frutas.

Se trata de cualquier líquido al que se le incorporan azúcares añadidos como azúcar moreno, edulcorante de maíz, jarabe de maíz, dextrosa, fructosa, glucosa, jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, miel, lactosa, jarabe de malta, maltosa, melaza, azúcar y sacarosa.

Es por ello, que recomiendan leer las etiquetas nutricionales de los productos antes de comprarlos. Es posible que te sorprenda la cantidad de azúcares añadidos en algunas bebidas. Como principal opción para hidratarse es mejor escoger el agua limpia, en caso de querer agregar sabor puedes incluir rodajas de frutas naturales.

Si agregas un chorro de jugo 100% natural al agua con gas puedes obtener una bebida refrescante parecida a las gaseosas. Pero, para evitar el consumo de refrescos lo más recomendable es no comprarlos y mantener botellas de agua fría en la nevera.