Un cambio aparentemente inofensivo en los dedos podría ser un síntoma temprano de una de las enfermedades más letales del mundo, el cáncer de pulmón. Médicos y organizaciones dedicadas a la investigación oncológica han lanzado una advertencia para que la población esté atenta a señales sutiles que podrían pasar desapercibidas. Entre ellas destaca un síntoma inusual pero revelador, la hinchazón en las yemas de los dedos, también conocida como “dedos en palillo de tambor”.

Este fenómeno, identificado clínicamente como hipocratismo digital, puede presentarse antes que los síntomas más conocidos del cáncer de pulmón, como la tos persistente, la dificultad para respirar o el dolor en el pecho. A diferencia de estos, que suelen aparecer en etapas más avanzadas, la alteración en los dedos puede ser una de las primeras señales visibles en algunas personas.

El caso de Brian Gemmell, un instructor de fitness de Escocia, ha sido clave para visibilizar esta condición. Gemmell asegura que su único síntoma antes de recibir el diagnóstico fue la deformación en sus dedos. No presentaba tos, ni fatiga, ni pérdida de peso. Tras notar que al juntar sus dedos no lograba ver un pequeño espacio en forma de diamante lo que indicaba la presencia de hipocratismo acudió a su médico de cabecera, quien de inmediato lo envió a hacerse una radiografía de tórax y lo derivó a un especialista. Posteriormente, fue diagnosticado con cáncer de pulmón en etapa tres.

Desde entonces, Gemmell se ha convertido en un defensor activo de la detección temprana. Tras superar una cirugía y recibir tratamiento, decidió volver a capacitarse como entrenador personal para trabajar específicamente con personas que atraviesan procesos oncológicos. Su testimonio, compartido con medios británicos y organizaciones como la Fundación Pulmonar Roy Castle, busca crear conciencia sobre los síntomas menos evidentes de esta enfermedad.

Una herramienta sencilla que recomiendan los expertos para detectar esta condición en casa es la “prueba de la ventana de Schamroth”. Consiste en juntar las uñas de los dedos índices de ambas manos. En condiciones normales, debería observarse una pequeña abertura en forma de diamante entre ambas uñas. Si esta abertura no aparece, podría ser un indicio de hipocratismo digital, y es recomendable consultar con un médico.

Estudios médicos han respaldado la relación entre este tipo de deformación en los dedos y el cáncer de pulmón. Una investigación de 2012 liderada por el Dr. Malay Sarkar concluyó que casi el 90 % de los casos de hipocratismo digital están relacionados con esta enfermedad. Aunque solo entre el 5 % y el 15 % de las personas diagnosticadas con cáncer de pulmón desarrollan dedos en palillo de tambor, su aparición debe considerarse una señal de alarma.

Este tipo de deformación puede evolucionar en distintas etapas. Al principio, la base de la uña se ablanda y esponja, se produce enrojecimiento en la piel circundante y el ángulo entre la uña y la cutícula se amplía, haciendo que la uña se curve de forma pronunciada. Con el tiempo, la uña puede presentar crestas y una apariencia brillante. En algunos casos, si la enfermedad progresa, puede desarrollarse una condición más compleja conocida como osteoartropatía pulmonar hipertrófica, que incluye inflamación dolorosa en las articulaciones de los dedos, muñecas e incluso tobillos, a menudo confundida con artritis.

Los médicos insisten en que no todas las personas que presentan esta característica tienen cáncer de pulmón, pero sí subrayan la importancia de no ignorarla. Esto cobra aún más relevancia en un contexto en el que, según Cancer Research UK, la incidencia del cáncer de pulmón ha aumentado en un 130 % entre mujeres jóvenes en las últimas décadas. Aunque los mayores de 70 años siguen siendo el grupo más afectado, los especialistas han advertido que ya no se trata exclusivamente de una enfermedad de fumadores o de adultos mayores. Cada vez más personas jóvenes y no fumadoras están siendo diagnosticadas.

Por eso, los expertos hacen un llamado a prestar atención no solo a los síntomas tradicionales, sino también a las señales inusuales que el cuerpo puede manifestar. Un simple cambio en los dedos podría ser la primera pista para salvar una vida.