Los manifestantes en contra de los mandatos de vacunas y otras restricciones por el COVID-19 retiraron el sábado sus vehículos de un crucial puente en la frontera de Canadá con Estados Unidos, pero intensificaron sus movilizaciones en diversas ciudades de Canadá, incluida la capital, donde la policía dijo que esperaba refuerzos para poner fin a lo que describió como una ocupación ilegal.

La tensa situación en el puente Ambassador que une Windsor, Ontario, con Detroit, se relajó en la mañana cuando la policía canadiense persuadió a los manifestantes a que movieran sus camiones que habían utilizado para boquear la entrada en ese concurrido paso fronterizo internacional.

Sin embargo, los manifestantes volvieron a agruparse en las cercanías —con refuerzos— y en la noche continuaban impidiendo el acceso desde la parte canadiense, dificultando el tránsito y el comercio por sexto día consecutivo.

En Ottawa, los manifestantes aumentaron a miles como ha sido el caso en fines de semana anteriores, música a todo volumen inundaba el ambiente y la gente se arremolinaba en el centro de la ciudad donde manifestantes antivacuna acamparon desde finales de enero.

Las protestas en el puente, en Ottawa y otras partes no han sido únicas en Canadá, ya que también han tenido lugar por motivos similares en Francia, Nueva Zelanda y Holanda. El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos advirtió que caravanas de camioneros podrían estar gestándose en el país.

Una exministra de gabinete en el gobierno del primer ministro canadiense Justin Trudeau adoptó la medida inusual de exhibir a sus excolegas a nivel federal, provincial y municipal por no poner fin a las protestas.

“De manera asombrosa, esto no es simplemente Otawa. Se trata de la capital de la nación”, tuiteó Catherin McKenna. “Pero nadie, ni la ciudad, ni la provincia ni el gobierno federal parecen dispuestos a poner fin a esta ocupación ilegal. Es deplorable… Sólo actúen. Ya”.

Trudeu se ha referido a los manifestantes como un “margen” de la sociedad canadiense, y tanto las autoridades federales como provinciales aseguran que tienen la capacidad para ordenar a la policía qué hacer.

El alcalde de Ottawa, Jimm Watson, declaró el estado de emergencia la semana pasada en la capital, donde centenares de camiones permanecieron frente al edificio del Parlamento y los manifestantes instalaron letrinas portátiles frente a la oficina del primer ministro, donde usualmente se estaciona la caravana de vehículos de Trudeau.

En un comunicado, la policía se refirió a la protesta como una ocupación ilegal y señaló que esperaba “refuerzos” para poner en marcha un plan para poner fin a las manifestaciones.