La llamada Caravana por la Paz, compuesta por alrededor de 1.200 personas que desde México intentan llegar hasta la frontera de Estados Unidos, rechazó este fin de semana el ofrecimiento del Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano de emitir tarjetas de visitante por razones humanitarias a los migrantes vulnerables, como mujeres embarazadas, menores de edad, personas con discapacidad y enfermas.

Los migrantes, en su mayoría centroamericanos y haitianos, apenas avanzaron 100 kilómetros en la última semana y se encuentran en el municipio de Mapastepec, en el estado sureño de Chiapas, a 1.000 kilómetros de la Ciudad de México.

Debido a la presencia de mujeres y niños, su avance es lento, caminan por horas en medio de altas temperaturas y en ocasiones bajo la lluvia, duermen en campamentos que se instalan en plazas y parques, algunos de ellos sufren de deshidratación, enfermedades estomacales, fiebre y lesiones en los pies.

Además, las autoridades les propuso trasladarlos a diversos estados del país para brindarles atención en sus trámites, así como proporcionarles alojamiento en albergues de puertas abiertas y alimentación, y otorgarles residencia permanente con resoluciones definitivas de refugio emitidas por la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).

Durante conversaciones con autoridades, los activistas Irineo Mujica Arzate, director de Pueblos Sin Fronteras, y Luis García Villagrán, coordinador del Centro de Dignificación Humana, asumieron la representación de los migrantes.

Ambos dijeron que coinciden en que deben ser atendidas las personas vulnerables, como las mujeres embarazadas, pero no a través de visas humanitarias sino de residencias.

“La caravana no se negocia, la caravana va hacia la Ciudad de México y la caravana no para, pero lo que sí intentamos es proteger a las mujeres embarazadas y a los niños, a ellos sí de alguna manera buscaremos regularizarlos. Tenemos ese interés de que esas personas no se vayan a lastimar, que esas personas vayan de la mejor manera”, dijo Mujica.

Ante la negativa, el Instituto Nacional de Migración señaló que es irresponsable que por las decisiones de dos personas autodenominadas líderes de la caravana, no se alcance un acuerdo para que la autoridad proporcione a los migrantes un estatus migratorio regular, alimentación y alojamiento.

Todo esto, agregó, tiene como consecuencia el detrimento de la integridad física de los migrantes por estar expuestos a riesgos diversos durante su travesía.