Justo al inicio de las reuniones veraniegas, los estadounidenses vuelven a enfrentar un incremento de casos de COVID-19. Aunque los casos aumentaron en invierno debido a la mayor cantidad de personas en interiores, ahora, a principios de verano, se observa un nuevo aumento, tal como predijeron los expertos.
Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las hospitalizaciones y muertes han tenido un ligero aumento, al igual que los nuevos casos. Este resurgimiento pone de manifiesto la persistencia del virus, cuatro años después del inicio de la pandemia.
La Dra. Jessica Justman, profesora de epidemiología y medicina en la Universidad de Columbia, comentó a USA TODAY que cuando comienzan a ver un patrón, se podría decir que se está volviendo endémico.
Cuando algo es endémico, eso no significa que vaya a desaparecer. Eso significa que se quedará”. Un ejemplo de enfermedad endémica común que los estadounidenses previenen rutinariamente es la gripe estacional.
El SARS-CoV-2, como todos los virus, muta constantemente para infectar a más personas y sobrevivir. Las nuevas variantes y subvariantes se expanden como ramas de árboles, cada una con diferentes mutaciones que buscan adaptarse. Ante estos cambios, los expertos y funcionarios de salud han respondido con vacunas y otras medidas de protección para reducir el riesgo de enfermedades graves y evitar el colapso de los sistemas de salud.
Aunque los repuntes de las subvariantes recientes no alcanzan los niveles observados en 2020 o durante el auge de la variante ómicron en 2021, las hospitalizaciones y visitas a las salas de emergencia son mucho menos frecuentes esta temporada que en diciembre pasado.
Las muertes no han llegado a los niveles del invierno anterior, cuando más de 2.000 personas fallecieron cada semana en enero. Al 15 de junio, las últimas estimaciones de los CDC indican que menos de 150 personas murieron por COVID-19.
Aumento de casos de variantes de Covid19
El aumento de casos es impulsado por incrementos constantes en una colección de subvariantes conocida como FLiRT, derivada de la variante JN.1, descendiente de ómicron, que dominó los casos hasta la primavera.
Ahora, FLiRT está causando un creciente número de casos en EE.UU., siendo la mayor subvariante la KP.3, que representa aproximadamente un tercio de los casos, seguida de KP.2 y KP.1.1. La subvariante LB.1, también derivada de JN.1, constituye una parte considerable de las variantes circulantes estimadas.
En el oeste de EE. UU. y Hawái se han registrado aumentos recientes, según los datos de los CDC. Sin embargo, las muestras de aguas residuales, una herramienta de vigilancia para detectar la propagación del COVID-19, indican aumentos en la propagación del virus en todo el país.
Las vacunas siguen proporcionando protección contra el COVID-19, aunque su efectividad puede disminuir con el tiempo. La última vacuna fue lanzada a finales de 2023 y se dirigió a la variante XBB.1.5.
En febrero los CDC actualizaron sus directrices para que las personas de 65 años o más reciban un refuerzo de la vacuna actual. A principios de junio, un panel asesor de la Administración de Alimentos y Medicamentos recomendó a los fabricantes de vacunas centrarse en el linaje JN.1. Se espera una nueva ronda de vacunas a finales del verano o principios del otoño.
Los aumentos en los casos de COVID-19 en EE.UU. subrayan la importancia de continuar con las medidas preventivas y estar atentos a las recomendaciones de salud pública, especialmente con la llegada de nuevas variantes y subvariantes que podrían afectar la dinámica de la pandemia.