Estados Unidos, los casos de tos ferina, también conocida como tos convulsa, se han disparado significativamente, multiplicándose por seis entre 2023 y el 30 de noviembre de 2024.
Esta enfermedad bacteriana altamente contagiosa, que había sido controlada en gran medida mediante la vacunación, con más de 28,000 infecciones reportadas este año, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
A pesar de este incremento, persiste un considerable desconocimiento sobre la enfermedad y las medidas de prevención disponibles.
Una encuesta nacional llevada a cabo por el Centro de Políticas Públicas Annenberg de la Universidad de Pensilvania reveló que el 30% de los encuestados no sabía que la tos ferina y la tos convulsa son el mismo padecimiento ni que es prevenible mediante vacunas. Estos resultados, parte de la 22.ª ola de un panel representativo de 1,771 adultos encuestados entre el 14 y el 24 de noviembre de 2024, destacan la falta de información sobre este problema de salud pública. Desde 2021, este panel ha monitoreado las percepciones y comportamientos del público respecto a diversas enfermedades y vacunaciones, incluidos temas como la COVID-19, la influenza y el virus respiratorio sincitial (VSR).
La falta de conocimiento sobre la tos ferina y su prevención podría ser un factor clave en su resurgimiento. De los encuestados, solo el 29% logró identificar correctamente las tres enfermedades que previene la vacuna Tdap (tétanos, difteria y tos ferina), sin elegir respuestas incorrectas. Además, al analizar los síntomas de la enfermedad, únicamente el 83% reconoció los ataques de tos como una señal característica, mientras que un menor porcentaje identificó otros síntomas como fiebre baja (44%), vómitos tras toser (33%) y secreción nasal (30%). Estos datos subrayan la necesidad de campañas de información más efectivas y específicas.
Tras una pausa en los contagios durante la pandemia de COVID-19, las infecciones de tos ferina han regresado con fuerza. La directora del Centro Annenberg, Kathleen Hall Jamieson, PhD, enfatizó la importancia de una comunicación más clara por parte de las autoridades sanitarias. En un comunicado, instó a los comunicadores a utilizar términos familiares para el público: “En lugar de hablar sobre las vacunas DTaP y Tdap y utilizar el término ‘tos ferina’, deberían reiterar que nuestra mejor defensa contra esta enfermedad es la vacuna contra la tos convulsa”.
La vacunación sigue siendo la estrategia principal para prevenir la tos ferina. Los CDC recomiendan la vacuna Tdap para todas las personas de siete años en adelante, incluidas las mujeres embarazadas, quienes la deben recibir en cada embarazo para proteger a sus bebés recién nacidos. Para los más pequeños, está disponible la vacuna DTaP, diseñada específicamente para bebés y niños. A pesar de que el 80% de los encuestados cree en la eficacia de la vacuna, y el 85% afirma que la recomendaría a un niño o adulto en su hogar que necesite una dosis de refuerzo, persiste la necesidad de reforzar la confianza en la vacunación y disipar mitos o dudas en torno a ella.
El impacto del resurgimiento de la tos ferina no es solo una cuestión de números. Esta enfermedad puede ser especialmente peligrosa para los lactantes y las personas con sistemas inmunitarios debilitados, quienes tienen un mayor riesgo de complicaciones graves, incluidas neumonía y apnea. La vacunación de los adultos desempeña un papel crucial en la protección de estos grupos vulnerables, al reducir las probabilidades de transmisión dentro de la comunidad.
El resurgimiento de enfermedades prevenibles por vacunación como la tos ferina pone de manifiesto la importancia de mantener altas tasas de inmunización y de educar al público sobre los riesgos que estas enfermedades representan. A medida que el país enfrenta este incremento de casos, es esencial que las estrategias de comunicación se adapten para llegar a la población con mensajes claros y accesibles. La evidencia sugiere que una mejor comprensión de la enfermedad y sus vacunas podría marcar la diferencia en el control de futuros brotes.
Los datos presentados por el Centro Annenberg y los CDC son un recordatorio de que la vacunación no solo protege a los individuos, sino que también previene el resurgimiento de enfermedades que creíamos bajo control. En un momento en que la tos ferina vuelve a afectar a miles de personas, el desafío de mejorar la educación sanitaria y fortalecer la confianza en las vacunas se vuelve más urgente que nunca.