Los chilenos eligen el domingo a su nuevo presidente entre el izquierdista Gabriel Boric y el ultraderechista José Antonio Kast, en la elección más polarizada en muchos años, cuyos resultados Boric prometió respetar, mientras su adversario dijo que de ser “muy estrechos”, tendrán que ser resueltos por los tribunales electorales.
Las urnas empezaron a abrir a primera hora, en una jornada en que las mayores incertezas son cuántos de los 15 millones de electores votarán y cuántos puntos separarán al triunfador de su adversario en la segunda vuelta electoral, cuyos resultados serían estrechos, según coincidentes pronósticos.
Tras emitir su voto en su natal Punta Arenas, en el extremo sur, Boric dijo que “en la noche vamos a respetar el resultado, cualquiera que sea”, mientras Kast dijo que si los resultados que entregue el Servicio Electoral es muy estrecho, menos a los 45.000 sufragios, la elección debe definirla “el tribunal electoral”.
Como es tradicional, entre los primeros en acudir a las urnas están los adultos mayores, en un día en que los termómetros bordearán los 33 grados centígrados y en que se esperan largas filas de personas en las calles porque la pandemia impone aforos al interior de los recintos de votación.
Para alentar la participación las autoridades dispusieron que el uso del subterráneo durante la jornada sea gratuito, en un país en que el voto es voluntario y la abstención tradicional bordea el 50%. Ambos candidatos modificaron sus programas y aterrizaron sus ofertas electorales para conquistar a los que no votaron en primera ronda y al centro político que les fue esquivo.
El centroderechista presidente Sebastián Piñera, que también votó temprano, declaró que cualquiera que resulte electo, “nunca debe olvidar que va a ser el presidente de todos los chilenos y no sólo de quienes lo apoyaron”. Aprovechó para desear a su sucesor “sabiduría, prudencia y éxito, porque lo va a necesitar”.
Nibaldo López, 78 años, ingeniero y académico, dijo a The Associated Press que siente “una tensión tremenda en la gente porque nadie sabe quién va a ganar… porque está muy peleada la cosa”. Votó por Kast “porque me da más confianza y no soy partidario del comunismo”.
Por el contrario, Gloria Rivera, 33 años, diseñadora, votó por Boric porque “me da miedo un nuevo estallido social y que frene el tema económico. Lo que me más me asusta es la guerra que puede generar socialmente”.
El analista Marcelo Mella dijo que la campaña rumbo a la segunda vuelta, “más que fundada en las ideas, genera temor en la gente. La gente va a votar para evitar que el otro candidato salga”.
En Chile se prohíbe difundir sondeos electorales desde 15 días antes de las elecciones. Encuestas antes de la censura legal daban por ganador al candidato izquierdista por un margen no superior a los cinco puntos, al igual que estudios más recientes filtrados en línea. El que obtenga el 50% más uno de los votos será el nuevo presidente chileno entre 2022 y 2226.
Kast ganó la primera vuelta del 21 de noviembre con un 27,9 de los votos, seguido de Boric con un 25,8%, y aunque los sufragios no son transferibles, en la víspera Franco Parisi, un candidato populista que logró un 12,8% de las preferencias, dijo que la mayoría de sus seguidores apoyaba a Kast. Los dos candidatos se esforzaron por obtener esos sufragios.