El gobierno de China reinauguró el viernes su embajada en Nicaragua, tres semanas después de que el presidente Daniel Ortega rompiera relaciones con Taiwán y las restableciera con Beijing.

En la ceremonia de apertura de la nueva sede diplomática, situada en una zona residencial al sureste de Managua, participó el canciller nicaragüense Denis Moncada y el flamante embajador chino Yu Bo.

Moncada elogió en un discurso “la entrañable amistad” y “la afinidad ideológica” entre los dos países, “que han luchado por su liberación nacional con perseverancia, logrando victorias progresivas por la paz”.

Recordó que China estableció relaciones en 1985 con la primera administración sandinista de Ortega, las que fueron “interrumpidas por gobiernos neoliberales” en 1990.

El 9 de diciembre, de forma sorpresiva, Nicaragua rompió relaciones con Taiwán, un importante donante extranjero desde 1990, y las restableció con China.

El gobierno explicó que lo hizo atendiendo el principio de “una sola China” que proclama Beijing. El anuncio generó malestar en Taipéi, cuyo gobierno protestó por el “desprecio” del régimen sandinista hacia la isla rebelde.

“Reanudamos así una nueva etapa de relaciones diplomáticas, amistad y colaboración que nos permite el desarrollo de inversiones estratégicas fortaleciendo nuestras relaciones en todos los campos”, dijo Moncada en su discurso, al referirse a la reanudación de los nexos.

También agradeció la donación de un millón de vacunas Sinopharm contra el COVID-19, el primer donativo de Beijing tras el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.

El gobierno de Ortega dio a Taiwán un plazo de dos semanas para desalojar su embajada en Managua, cuyo edificio traspasó al gobierno de China la semana pasada aunque Taipéi lo había donado poco antes a la Iglesia católica nicaragüense, conocida por sus posición crítica hacia el gobierno sandinista.