Aunque es fuente de grasas buenas, el consumo excesivo del aguacate puede alterar el metabolismo, dificultar la pérdida de peso y generar un exceso calórico peligroso, según especialistas.

Amado por su sabor, textura y versatilidad, el aguacate se ha convertido en un ícono de la dieta peruana. Está en los desayunos, las ensaladas, los lonches y hasta en los jugos. Pero detrás de su fama de “súper alimento” se esconde un detalle poco conocido: comerla en exceso podría tener consecuencias negativas para tu salud, según recientes advertencias de expertos en nutrición y cardiología.

El lado oscuro del rey del desayuno

Aunque su contenido de grasas buenas es innegable gracias a su alta concentración de ácidos grasos monoinsaturados, similares a los del aceite de oliva, la palta también es calóricamente densa. Una sola unidad puede superar las 300 calorías y contener hasta 25 gramos de grasa. Y cuando el consumo se repite varias veces al día o a la semana, ese aporte acumulado puede desequilibrar incluso las dietas más saludables.

“Es una grasa saludable, sí, pero eso no significa que tengas barra libre”, advirtió el cardiólogo Andrew Freeman, del National Jewish Health, en declaraciones recogidas por medios internacionales. Comer más grasa de la necesaria aunque sea vegetal puede afectar los niveles de colesterol, dificultar la pérdida de peso e incluso alterar el metabolismo, especialmente en personas con problemas cardiovasculares o sedentarismo prolongado.

¿Cuánto aguacate es demasiado?

De acuerdo con las recomendaciones de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU.), la porción ideal de aguacate diaria no debería exceder los 50 gramos, lo que equivale a un tercio de una palta mediana. Superar esa cantidad regularmente puede generar un superávit calórico difícil de compensar, sobre todo si no se realiza actividad física de forma constante.

La nutricionista Tammy Lakatos-Shames también señala que aunque el aguacate ayuda a absorber vitaminas liposolubles como la A, D, E y K, sus beneficios solo se aprovechan correctamente cuando se consume dentro de una dieta equilibrada. “Es un potenciador de nutrientes, pero solo cuando no hay exceso de grasas en el resto de la alimentación”, explicó.

El equilibrio es la clave

Pan con aguacate en la mañana, ensalada con aguacate al almuerzo y una tostada extra en la cena… suena delicioso, pero podría ser demasiado para el cuerpo. A pesar de su perfil saludable, consumir grandes cantidades de este fruto puede contribuir al aumento de peso, sobrecargar el hígado o dificultar el control de triglicéridos.

El mensaje de los especialistas es claro: el aguacate no es enemigo, pero tampoco un aliado sin límites. Incorporarla con moderación permite disfrutar de sus bondades sin correr riesgos ocultos.