Aunque a casi todo el mundo le gusta une buena pizza, definitivamente no querrás excederte con este placer. La pizza puede presentar una nutrición decente cuando se sirve en la forma correcta, pero en exceso puede causar algunos efectos secundarios desagradables a tu salud:
Aumento de peso
Como la pizza tiene un alto contenido de carbohidratos y grasas y no incluye una tonelada de fibra (a menos que esté hecha con una masa integral y llena de vegetales), es probable que quedes hambriento después de comer una porción.
Sin nada en la pizza que te mantenga lleno como algún alimento rico en fibra y proteínas magras, es probable que te exceda porque su cuerpo no reconocerá que está lleno, lo que hace que la pizza sea un alimento que realmente puede acumular libras.
Riesgo de enfermedades del corazón
Cualquier tamaño de pizza contiene una cantidad suficiente grasa saturada para causar un daño real en tus arterias. Ingredientes como salchichas, pepperoni, queso extra y otros son causantes de riesgos para cualquier persona con antecedentes familiares de insuficiencia cardíaca.
La American Heart Association dice que hay grandes cantidades de grasas saturadas en las carnes rojas y el queso. Así que mientras más verduras y vegetales tenga tu pizza, será mucho mejor.
Peor piel
Los alimentos con alto contenido de azúcar y altos índices glucémicos, como la pizza, pueden potencialmente causar casos severos de acné.
Mayor probabilidad de ACV
Mantener el sodio bajo debería es una prioridad importante y excederse con la sal puede tener consecuencias terribles para la salud.
Desafortunadamente, la pizza viene cargada de sodio y el aumento de éste provoca accidentes cerebrovasculares, lo que hace que la pizza sea un riesgo importante.
Nadie debería consumir más de 1,500 miligramos de sodio al día para evitar este riesgo, según la American Heart Association. El recuento promedio de sodio de una rebanada de pizza se encuentra entre 600 miligramos y 1,500 miligramos de sodio por rebanada.
Además, si los niveles de sal se elevan pueden conducir directamente a la hipertensión, que a su vez, puede conducir a una muerte prematura.
