El plástico se encuentra en todos los lugares, incluso en los alimentos que comemos y las bebidas que bebemos.
Las pruebas recientes de CR en casi 100 alimentos encontraron dos tipos de químicos utilizados en el plástico, bisfenoles y ftalatos, en una amplia variedad de alimentos envasados.
Estos hallazgos son preocupantes porque existe una evidencia clara que vincula la exposición a estas sustancias químicas en particular con una serie de efectos nocivos sobre la salud, incluidas alteraciones del sistema endocrino u hormonal. Dicha alteración se ha relacionado con problemas del desarrollo neurológico, trastornos metabólicos y problemas reproductivos. Según un nuevo estudio, las enfermedades vinculadas con la exposición a productos químicos relacionados con el plástico le costaron a EE. UU. aproximadamente $250,000 en gastos de atención médica en 2018.
Los datos recopilados por CR son particularmente preocupantes porque los problemas con los químicos en el plástico no se limitan a los ftalatos y el bisfenol-A (BPA por sus siglas en inglés). Sino que son tan solo evidencias de “modelos de un sistema roto”, dice Maricel Maffini, PhD, y experta en seguridad química.
Los investigadores han catalogado miles de sustancias químicas que se encuentran en el plástico. Muchos se han relacionado con riesgos para la salud, según Tracy Woodruff, PhD, y profesora de ciencias reproductivas de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Francisco. Varios de ellos se utilizan ampliamente, no obstante, todavía no se han estudiado ni probado adecuadamente su seguridad, afirma Maffini. Es más, pequeños trozos de plástico, conocidos como microplásticos, se desprenden de este material todo el tiempo y ahora se encuentran en los alimentos, el agua y el aire. Estos diminutos fragmentos de plástico no solo pueden filtrar sustancias químicas sino que también pueden presentar sus propios riesgos.
El uso generalizado de plásticos significa que son tan omnipresentes que las encuestas nacionales de biomonitoreo realizadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) encuentran algunos químicos plásticos, incluidos BPA y ftalatos, en casi todas las personas en los Estados Unidos., como afirma Maffini.
Numerosos efectos sobre la salud
Las sustancias químicas que se encuentran en el plástico “incluyen carcinógenos, sustancias químicas neurotóxicas y sustancias químicas que alteran el sistema endocrino”, expone el doctor Philip Landrigan, pediatra, epidemiólogo y director del Programa de Salud Pública Global y el Bien Común (Global Public Health and the Common Good) del Boston College. Algunas de ellas pueden dañar directamente los órganos y provocar enfermedades con el tiempo. Otras interrumpen procesos biológicos importantes, que a menudo involucran hormonas.
Esto sucede porque varias de las sustancias químicas del plástico pueden afectar los mismos receptores biológicos que las hormonas en nuestro cuerpo. Algunos de los problemas de salud que podrían provocar los químicos en el plástico incluyen bajo peso al nacer y nacimientos prematuros, problemas de fertilidad, riesgo materno de cáncer de mama y problemas con el desarrollo cerebral en niños pequeños.
Las sustancias químicas, conocidas como disruptores endocrinos, también han cambiado las viejas ideas sobre cómo la dosis produce el veneno. Si bien esto es verdad para ciertos tipos de toxinas, los compuestos que alteran el sistema endocrino, como los bisfenoles y los ftalatos, pueden tener efectos duraderos en la salud incluso en dosis bajas.
La exposición a disruptores endocrinos puede aumentar el riesgo de obesidad, trastornos metabólicos como diabetes, problemas de desarrollo neurológico y problemas reproductivos. Las mujeres embarazadas y sus hijos son los más susceptibles a estos efectos, afirma Landrigan. El motivo se debe a que los bebés y los niños pequeños son extremadamente vulnerables a cambios en los niveles hormonales a medida que se desarrollan. Por ejemplo, si los niveles de hormona tiroidea se alteran en una persona embarazada, eso puede afectar etapas cruciales del desarrollo del cerebro del bebé.
Según Woodruff, otros compuestos utilizados para fabricar ciertos plásticos, como el cloruro de vinilo, que se derramó cuando un tren descarriló en East Palestine, Ohio, en febrero de 2023, pueden aumentar el riesgo de ciertos cánceres.
En las áreas cercanas a las instalaciones de producción de plástico, los investigadores han documentado un mayor riesgo de padecer leucemia y linfoma, cáncer de pulmón, asma, derrames cerebrales, parto prematuro y muerte fetal. Cuando se trata de un uso general, estos productos químicos no suelen considerarse extremadamente tóxicos como lo sería una dosis alta de plomo. Pero la exposición diaria que todos tenemos a estos químicos todavía preocupa a muchos investigadores, quienes aseguran que es la responsable de una cantidad significativa de enfermedades.
Woodruff añade que a medida que ha aumentado la producción de plástico, también ha aumentado la incidencia de enfermedades crónicas. Y si bien es probable que estén en juego varios factores interrelacionados, muchos grupos de expertos, incluida la American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría) y la International Federation of Gynecology and Obstetrics (Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia), dicen que al menos parte de ese aumento probablemente se deba a la exposición a sustancias químicas.