El consumo de productos lácteos por la noche puede empeorar el reflujo ácido en algunas personas. Esto se debe a que la leche y otros productos lácteos, especialmente los enteros, pueden relajar el esfínter esofágico inferior, lo que facilita que el ácido estomacal suba al esófago.

Además, las grasas presentes en los lácteos pueden aumentar la producción de ácido en el estómago, exacerbando los síntomas.

El reflujo estomacal, también conocido como reflujo gastroesofágico (RGE), es una condición en la que el contenido del estómago, incluyendo alimentos y ácido gástrico, regresa o “refluye” hacia el esófago, que es el tubo que conecta la garganta con el estómago.

Esto ocurre cuando el músculo en forma de anillo llamado esfínter esofágico inferior, que normalmente actúa como una válvula para evitar que el ácido y los alimentos suban, no funciona correctamente o se relaja en momentos inapropiados.

El ácido del estómago puede irritar la mucosa del esófago, lo que no tiene la protección que el estómago posee contra el ácido. Esto puede causar síntomas como ardor o acidez estomacal (sensación de quemazón en el pecho o la garganta), tos crónica, dificultad para tragar, y en casos graves dolor en el pecho. Cuando el reflujo es frecuente o prolongado, puede derivar en una enfermedad crónica llamada enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), que puede causar daño en el esófago.

Relación entre la leche y el reflujo ácido

Investigaciones han encontrado que la leche aumenta la secreción de ácido gástrico durante aproximadamente tres horas. Se cree que el calcio y una proteína llamada caseína en la leche estimulan la producción de la hormona gastrina, que a su vez aumenta la producción de ácido en el estómago.

Por esta razón, la leche no se recomienda como tratamiento para personas con úlceras o reflujo ácido, ya que puede dificultar la curación y empeorar la acidez tras un alivio inicial.

Además, productos lácteos enteros son comúnmente considerados como alimentos desencadenantes que pueden inducir el reflujo ácido en muchas personas, y se sugiere evitar su consumo para controlar mejor los síntomas.

¿Qué involucra el reflujo?

El reflujo estomacal se produce en un proceso que involucra varios factores.

La relajación del esfínter esofágico es una válvula que separa el estómago del esófago y, cuando esta no funciona correctamente, el ácido estomacal puede regresar al esófago, causando ardor e irritación.

Grasas y ácido estomacal. Las grasas, que comunes en muchos productos lácteos, pueden estimular al estómago a producir más ácido para facilitar la digestión, lo que puede empeorar el reflujo.

Posición al acostarse. Acostarse inmediatamente después de comer, especialmente si se ha consumido lácteos o alimentos grasos, aumenta la probabilidad de reflujo, ya que la gravedad ya no ayuda a mantener el ácido en el estómago.

Recomendaciones

Considerar opciones bajas en grasa. Si se consumen lácteos por la noche, optar por variedades descremadas o bajas en grasa puede ayudar a reducir el riesgo de reflujo.

Evitar comer antes de acostarse. Es recomendable no comer nada, incluyendo lácteos, durante las 2-3 horas previas a acostarse para permitir que el estómago termine de procesar los alimentos.

Observar la respuesta individual. Algunas personas pueden tolerar bien los lácteos, mientras que otras pueden experimentar un empeoramiento de los síntomas. Es importante escuchar al cuerpo y ajustar la dieta en consecuencia.

Consultar a un profesional. Si el reflujo ácido es frecuente o severo, es recomendable consultar a un médico o nutricionista para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Cirugía. En algunas personas, la cirugía para fortalecer la barrera entre el estómago y el esófago puede ser una opción de tratamiento para el reflujo de ácido. Esta cirugía para tratar la ERGE se llama “fundoplicatura”. Su médico puede decirle si la cirugía puede ayudarle, acota el National Institutes of Health (NIH).

¿Qué otros alimentos pueden causar reflujo?

Además de los alimentos lácteos, otros alimentos que pueden causar o agravar el reflujo ácido incluyen:

  • Alimentos picantes como pimientos picantes, curry y chile.
  • Frutas cítricas como naranjas, limones, toronjas y limas.
  • Tomates y productos a base de tomate como salsa de tomate, kétchup y pizza.
  • Alimentos fritos y grasosos, por ejemplo papas fritas, pollo frito, donas y comida rápida.
  • Chocolate, especialmente por su contenido de cafeína y grasa.
  • Bebidas con cafeína, como café, té, refrescos y bebidas energéticas.
  • Bebidas carbonatadas, ya que pueden causar hinchazón y presionar el estómago.
  • Cebolla y ajo, que pueden relajar el esfínter esofágico y aumentar el ácido estomacal.
  • Menta y hierbabuena, que también pueden relajar ese esfínter y permitir el reflujo.
  • Algunos alimentos procesados, salsas y alimentos azucarados.

El estrés y el reflujo ácido

El estrés juega un papel significativo en el aumento de los síntomas de reflujo ácido en personas que consumen lácteos, y en general en quienes sufren este trastorno digestivo.

Bajo estrés, el cuerpo puede incrementar la producción de ácido estomacal, lo que favorece el reflujo ácido cuando el esfínter esofágico inferior no funciona adecuadamente y permite que el ácido regrese del estómago al esófago, causando irritación y ardor.

Además, el estrés puede ralentizar la digestión, manteniendo los alimentos más tiempo en el estómago y aumentando la presión abdominal, lo que incrementa la probabilidad de que el ácido suba al esófago, empeorando los síntomas del reflujo.

También aumenta la sensibilidad al dolor (hipervigilancia), haciendo que las personas sean más conscientes y afectadas por el dolor y ardor asociados al reflujo.

Respecto a los lácteos específicamente, aunque algunos estudios indican que la leche y el yogur pueden actuar como neutralizadores temporales del ácido, proporcionando alivio momentáneo, el estrés y otros factores pueden anular este efecto y hacer que la producción ácida aumente y la disfunción esfinteriana también empeore, favoreciendo el reflujo.