La Corte Suprema de Justicia de Colombia autorizó el miércoles extraditar a Estados Unidos al acusado narcotraficantes y máximo líder del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga, alias «Otoniel», una decisión que pone fin a una larga disputa judicial que buscaba evitar su entrega.

Úsuga, de 50 años, fue capturado por las Fuerzas Armadas de Colombia a finales de octubre pasado durante una operación en una zona rural de la región del Urabá, en el departamento de Antioquia, que involucró a más de 500 miembros de las Fuerzas Especiales y 22 helicópteros, poniendo fin a una persecución de siete años.

«La Corte Suprema emite concepto favorable a extradición de cabecilla del ‘Clan del Golfo’ Dairo Úsuga, alias ‘Otoniel’, a Estados Unidos por delitos de narcotráfico. Niega entrega por crímenes cometidos en el país que siguen curso en justicia colombiana», anunció el tribunal en su cuenta de Twitter.

Úsuga es requerido por la justicia estadounidense por delitos de tráfico de narcóticos, concierto para delinquir y porte ilegal de armas, según la solicitud presentada por Washington ante el Gobierno de Colombia.

Alias «Otoniel» traficaba entre 180 toneladas y 200 toneladas de cocaína al año con el Clan del Golfo, y es responsable de la muerte de más de 200 miembros de las fuerzas de seguridad de Colombia, según las autoridades del país sudamericano.

El Clan del Golfo cuenta con más de 1.200 combatientes y está relacionado con el narcotráfico y la minería ilegal, así como con asesinatos de líderes comunitarios, según fuentes de seguridad.

Los abogados de Úsuga buscaban impedir su extradición con el argumento de que debería ser admitido en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en donde estaba dispuesto a confesar su responsabilidad en el conflicto interno de casi seis décadas que ha dejado 260.000 muertos y a revelar nexos de algunos efectivos de las Fuerzas Militares con grupos armados ilegales.

La JEP surgió de un acuerdo de paz firmado en 2016 con la antigua guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que permitió la desmovilización de 13.000 de sus integrantes y contempla penas más leves que las del sistema de justicia ordinario.

A pesar de décadas de lucha contra el narcotráfico, Colombia sigue siendo uno de los principales productores mundiales de cocaína y enfrenta la presión de Estados Unidos para reducir los cultivos de hoja de coca y la producción de la droga, que financia a los grupos armados ilegales en medio de un prolongado conflicto interno.

En el narcotráfico están implicadas disidencias de la antigua guerrilla de las FARC que rechazaron un acuerdo de paz firmado en 2016, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y bandas criminales, como el Clan del Golfo, según fuentes de seguridad.