La Corte Suprema de Estados Unidos permitió el lunes al gobierno del presidente Donald Trump reanudar las deportaciones expeditas de migrantes a países distintos al de origen, levantando por ahora una orden judicial que requería que se les diera la oportunidad de impugnar las deportaciones.
La mayoría del máximo tribunal estadounidense no detalló su razonamiento en la breve orden, como es típico en su expediente de emergencia. Los tres jueces liberales se unieron a una dura disidencia de la jueza Sonia Sotomayor.
La portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, sugirió que las deportaciones de terceros países podrían reanudarse pronto. “Enciendan los aviones de deportación”, dijo en un comunicado, señalando que la decisión representaba “una victoria para la seguridad del pueblo estadounidense”.
La medida se produjo después de que funcionarios de inmigración pusieran a ocho personas en un avión hacia Sudán del Sur, aunque luego lo desviaron a una base naval estadounidense en Yibuti tras la intervención de un juez.
Los migrantes, de países como Myanmar, Vietnam y Cuba, habían sido condenados por delitos graves en Estados Unidos. Los funcionarios de inmigración han dicho que no pudieron devolverlos rápidamente a sus países de origen.
La acción de la Corte Suprema detiene una orden emitida por el juez federal de distrito Brian E. Murphy en Boston, quien decidió en abril que las personas deben tener la oportunidad de argumentar que la deportación a un tercer país las pondría en peligro, incluso si ya han agotado sus recursos jurídicos.