Hay personas que pasan la mayor parte del día tristes y aprenden a vivir con eso. La emoción no los paraliza, pero tampoco se va fácilmente y con el tiempo se vuelve cada vez más pesada. Esta tristeza prolongada es un rasgo característico del trastorno depresivo persistente (TDP), conocido popularmente como distimia.

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) define esta condición como un estado de ánimo deprimido o irritable que se mantiene por lo menos un año en niños o adolescentes y dos años en pacientes adultos, acompañado por al menos dos síntomas adicionales, como:

  •  Falta de apetito (o comer en exceso.)
  • Insomnio (o dormir demasiado.)
  • Fatiga.
  • Baja autoestima.
  • Dificultad para concentrarse y tomar decisiones. 
  • Sentimientos de desesperanza. 

Distimia  y depresión mayor ¿en qué se diferencian?

La distimia y la depresión mayor son dos trastornos del estado de ánimo que si bien comparten ciertas características, se diferencian principalmente por la gravedad, duración y número de síntomas. 

De acuerdo a los criterios diagnósticos establecidos por el DSM-5, un episodio de depresión mayor presenta síntomas intensos e incapacitantes, que deben prolongarse al menos por dos semanas consecutivas.   

En contraste, los síntomas de la distimia aunque persistentes, son menos intensos que los de un episodio de depresión mayor. A pesar de ser “más leve”, la distimia es una depresión de larga duración con tendencia al alza.

En su edición de 2021, el Global Burden of Disease Study (Estudio sobre la carga global de enfermedades) registró un aumento significativo en el número de personas viviendo con trastorno depresivo persistente. 

Según datos de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés) y el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH):

  • Entre el 3% y el 6% de la población mundial, vive con trastorno depresivo persistente a lo largo de su vida.
  •  En 2022, aproximadamente 1.7% de los adultos en Estados Unidos (lo que equivale a unos 4.5 millones de personas) experimentarán el trastorno depresivo persistente en algún momento de su vida.

Cabe destacar que estadísticamente, las mujeres son de dos a tres veces más propensas a ser diagnosticadas con TDP.