Un número récord de 1.120 personas acusadas de estar ilegalmente en Estados Unidos fueron arrestadas en menos de una semana durante una redada orquestada por autoridades federales, estatales y locales en Florida, una operación que las autoridades atribuyeron el jueves al creciente número de departamentos de policía local y agencias estatales que se han sumado a la campaña del presidente Donald Trump para llevar a cabo deportaciones masivas.

Esa cooperación se puso de manifiesto el jueves, cuando el gobernador del estado, Ron DeSantis, se sumó a funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional para elogiar los arrestos.

“Continuaremos participando en amplios esfuerzos policiales internos”, declaró DeSantis en una conferencia de prensa conjunta con funcionarios federales. “Esto es sólo el comienzo”.

La policía local puede arrestar a migrantes y detenerlos por incumplimiento de las leyes migratorias en virtud de acuerdos específicos. En diciembre, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) tenía 135 acuerdos en 21 estados. Ahora se han incrementado a 517 en 39 estados, y hay otros pendientes de aprobación con otras 74 agencias.

A medida que el gobierno de Trump intensifica la cooperación con agencias estatales y locales, da pasos para tomar represalias contra aquellos que limitan su ayuda a las autoridades migratorias. El presidente firmó el lunes una orden ejecutiva para publicar una lista de jurisdicciones “santuario”, y reiteró sus amenazas de presentar cargos penales contra funcionarios estatales o locales que obstaculicen a la política federal.