Una petición de los demócratas moderados en la Cámara de Representantes de Estados Unidos para hacer una estimación no partidista del costo del proyecto de ley de política social y cambio climático del presidente Joe Biden por 1,75 billones de dólares retrasaba una potencial votación el viernes.

El liderazgo demócrata en el Congreso quería cerrar una semana en la que el partido sufrió embarazosas derrotas en elecciones estatales con una votación sobre esta legislación y otra, aprobada de forma bipartidista en el Senado en agosto, para invertir 1 billón de dólares en la reconstrucción de la infraestructura del país.

Semanas de disputas entre demócratas moderados y progresistas han retrasado los proyectos de ley.

Los procedimientos de la Cámara de Representantes se detuvieron el viernes por la mañana, después de que los demócratas moderados, que exigieron un análisis de la ley por parte de la Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO, por su siglas en inglés), se reunieron a puerta cerrada con la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi.

Al ser preguntado sobre cuándo podría votarse, el líder de la mayoría en la Cámara, Steny Hoyer, dijo a los periodistas: «Estamos trabajando en ello». Asimismo, agregó que el CBO no podría tener un reporte sobre el proyecto el viernes.

El congresista demócrata moderado Kurt Schrader reconoció que algunas de las personas implicadas en la discusión tienen «una visión diferente sobre cómo hacerlo».

Los dos proyectos incluyen la mayor mejora de las carreteras, puentes y aeropuertos de Estados Unidos en una generación y la mayor expansión de los programas sociales desde los años 60.

Un voto afirmativo reforzaría la credibilidad de la promesa de Biden de reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos para 2030 respecto a los niveles de 2005, que fue realizada durante la conferencia de la ONU sobre el clima que se celebra en Glasgow, Escocia.

Biden, que partió a Europa la semana pasada para asistir a la conferencia climática y a una reunión de los líderes del G-20 sin haber llegado a un acuerdo sobre la legislación, pasó parte de la noche del jueves llamando a varios miembros de la Cámara instándoles a aprobar el proyecto, dijo un funcionario de la Casa Blanca.

El partido está ansioso por demostrar que puede avanzar en la agenda del presidente y defenderse de los republicanos en las elecciones de medio término de 2022, cuando estará en juego el control de la Cámara y el Senado.