Dubai inauguró la Expo 2020 en una ceremonia extravagante el jueves que bañó de luz la emblemática cúpula central del sitio, un faro simbólico de las esperanzas de la ciudad-estado de que la feria mundial atraiga turistas a pesar de la pandemia del coronavirus.

Retrasada un año por el virus, la Expo 2020 cuenta con la participación de más de 190 países en el evento que durará seis meses. La extravagancia futurista, con pabellones individuales, se siente como una ciudad entera, construida sobre lo que alguna vez fueron dunas en los bordes del sur de Dubái.

Después de gastar 7.000 millones de dólares en el sitio, Dubái espera que la feria atraiga nuevas empresas y más extranjeros para comprar propiedades en el centro comercial de los Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, también renovó las añejas críticas a este reino repleto de rascacielos construidos en gran parte por trabajadores mal pagados donde el discurso y la asamblea permanecen estrictamente controlados.

A la ceremonia del jueves por la noche asistieron el príncipe heredero de Abu Dabi, el jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan, el gobernante de Dubái, el jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum y otros dignatarios. El Al Wasl Dome central del sitio, hecho de acero y con un peso equivalente a 25 ballenas azules, según los organizadores de la Expo, se convirtió en una pantalla de 360 grados que mostraba imágenes del desierto y la naturaleza mientras el sonido envolvía a la audiencia reunida.

El sitio de la Expo tenía una presencia policial visible el jueves antes de la ceremonia, con guardias apostados en cada esquina. Los asistentes pasaron por un control de seguridad similar al de un aeropuerto.

Se pudo ver un cambio notable en el sitio de la Expo: los periodistas podían hacer llamadas a través de WhatsApp y FaceTime, dos aplicaciones bloqueadas durante mucho tiempo por los Emiratos aparentemente por preocupaciones de seguridad y para ayudar a sus monopolios estatales de telecomunicaciones.

La Expo será uno de los primeros eventos globales del mundo, luego de los Juegos Olímpicos de este verano que se realizaron sin espectadores. Pero a diferencia de Tokio, los Emiratos Árabes Unidos tienen una de las tasas de vacunación per cápita más altas del mundo y bajos números en contagios de COVID-19.