El Salvador apuesta a que el Bitcoin sea a partir de esta semana una de las fuerzas motoras de su economía, incluyendo su principal fuente de ingresos de divisas: miles de millones de dólares en remesas.
Uno de los más fervientes defensores de la criptomoneda es el presidente Nayib Bukele, que para alentar a más de dos millones de salvadoreños que residen en el exterior a que envíen bitcoins a sus familiares, les ha dicho que ahorrarán dinero porque no pagarán comisiones, y además estimulará la inversión extranjera. “Será un beneficio enorme para nuestra gente”, ha expresado el mandatario en su cuenta de Twitter.
Para los migrantes que envían dinero a sus familiares y para los que viven en el país, eso no está tan claro.
Algunos aseguran que el uso del nuevo sistema va a ser un éxito y que va a ayudar a la economía nacional. Otros tienen dudas sobre cómo se implementará la criptomoneda, la consideran complicada, y desconfían de su volatilidad y transparencia. Con enojo, confusión e incertidumbre, pero también con alegría y expectativas, esperan la entrada en vigor el martes de la nueva ley del Bitcoin para todo tipo de transacciones.
“La moneda digital ofrece la oportunidad de acceso a un banco y de ganar dinero por su volatilidad, hasta para los mismos campesinos”, expresó William Justo, un salvadoreño de 44 años que vive en Chicago y envía dinero cada semana a dos hijos, su esposa y su abuela. “Va a ser algo bueno para la economía”, dijo tras explicar que considera ahora enviar bitcoins en lugar de dólares.
No obstante, lo que Justo considera algo positivo, para Arnoldo Díaz es lo contrario.
“La gente mayor y la gente campesina, que son muchos de los salvadoreños aquí, no están muy actualizada con los cambios tecnológicos”, dijo Díaz, un salvadoreño de 58 años que vive cerca de Washington. “Va a ser muy confuso, complejo para ellos”, aseguró tras indicar que tiene dudas sobre el sistema.
Concebido como una alternativa al dinero respaldado por los gobiernos, el Bitcoin se basa principalmente en matemáticas complejas, criptografía de codificación de datos, de ahí el término “criptomoneda”, mucha potencia de procesamiento y un libro de contabilidad global llamado blockchain, que registra todas las transacciones. Ningún banco central u otra institución tienen nada que decir sobre su valor, establecido en su totalidad las personas que comercian con bitcoins, y el cual ha variado enormemente con el tiempo.
El Salvador fue la primera nación del mundo en adoptarlo como moneda legal en junio, y a partir del 7 de septiembre los negocios deberán aceptar pagos en la criptomoneda, salvo los que carezcan de tecnología para hacerlo, de acuerdo con una ley aprobada por la Asamblea Legislativa que controla el partido oficialista Nuevas Ideas. El dólar estadounidense, no obstante, continuará siendo la moneda del país y nadie estará obligado a pagar en bitcoins.
Para que las personas puedan hacer o recibir pagos o remesas en estas criptomonedas o dólares, el gobierno habilitó una billetera electrónica llamada Chivo en una aplicación que se puede bajar desde teléfonos celulares inteligentes. Bukele ha prometido que los salvadoreños que bajen esa aplicación y se identifiquen con su documento de identidad o pasaporte, recibirán de inmediato 30 dólares equivalentes en bitcoins para consumo, tanto los que viven en El Salvador como los que residen afuera. Habrá también CajerosChivo y sucursales PuntosChivo para que los que quieran convertir los bitcoins en dólares y retirarlos puedan hacerlo.
“El uso de la Chivo wallet no tendrá ningún costo, no habrá comisiones para enviar o recibir para que me den las remesas”, afirmó Bukele, quien ha utilizado su cuenta de Twitter para promover la criptomoneda.
La Asamblea Legislativa aprobó un fideicomiso de 150 millones de dólares para garantizar la implementación. El fondo será manejado por el estatal Banco de Desarrollo de El Salvador (ABANDESAL), servirá para garantizar la implementación de la divisa digital y hacer efectivo el bono de 30 dólares. Bukele dijo que se instalarán 200 cajeros Chivo en todo el país, pero no aclaró si serán administrados por el gobierno o por alguna empresa.
Bukele alega que el Bitcoin alentará las remesas porque los migrantes no tendrán que usar el sistema bancario ni pagar comisiones, pero el experto David Gerard —autor de libro “Attack of the 50 Foot Blockchain”— piensa que las remesas no aumentarán porque las comisiones que se cobran a los migrantes que envían dinero a sus familiares son bajas, ya que son de dólares a dólares.
El problema, además, dice Gerard, es que no hay una infraestructura organizada detrás de la aplicación, con un enorme equipo de apoyo técnico, por ejemplo. “No sé qué ocurrirá el martes pero no será un sistema operacional que funcionará de forma efectiva y hará todo lo que se ha anunciado. Incluso si lo hiciera, habrá que ver si puede funcionar sin comisiones”, agregó.
Algunos, como Marina Escalante, una empleada bancaria de 39 años que vive en San Salvador, asegura que aprovechará la oportunidad, aunque tiene dudas sobre el largo plazo. “Voy a hacer lo de la aplicación para que me den los 30 dólares en bitcoin, pero no se si voy a seguir usándolo”, dijo la mujer a la AP.
Además de la potencial barrera tecnológica que requiere acceder a la aplicación desde teléfonos celulares inteligentes, los detractores del nuevo sistema alegan un posible robo de información personal y falta de información. Bukele, sin embargo, asegura que el nuevo sistema generará trabajo y ayudará a proporcionar inclusión financiera a miles de personas que están fuera de la economía formal.
La mayoría de los salvadoreños no está de acuerdo con el uso del bitcoin como moneda legal, de acuerdo con al menos tres estudios de opinión. Uno de ellos, una encuesta de LPG Datos, indicó que el 65% lo desaprueba.
Los que envían remesas familiares, como Díaz, tienen demasiadas preguntas. “¿Debo tener yo criptomoneda para hacer los envíos allá? ¿O sólo la aplicación?”, dice. “El bitcoin sube, baja… Entonces eso, ¿cómo va a afectar a nuestra gente?”, expresó el salvadoreño, que labora en un sindicato de trabajadores de la construcción.
En abril, por ejemplo, llegó a un pico de 65.000 dólares y dos meses después se derrumbó a menos de la mitad de ese valor.
En El Salvador las remesas son un pilar económico: representan al 24,1% del Producto Interno Bruto del país y sostienen al 18% de los hogares, de acuerdo con información de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe. Gran parte de ese dinero se destina a necesidades como alimentación, salud y vivienda. En 2020, el país recibió casi 5.930 millones de dólares en remesas familiares provenientes de todo el mundo, aunque la gran mayoría desde Estados Unidos (5.707 millones de dólares), de acuerdo con información del Banco Central de Reserva de El Salvador.
Bukele estima que el Bitcoin ahorrará 400 millones de dólares anuales en comisiones por remesas.
Algunos expertos, sin embargo, consideran que aunque el sistema no es imposible de implementar, enfrenta desafíos. Entre ellos, el hecho de que las remesas, que han sido históricamente enviadas a través de transferencias monetarias, requieren una comisión promedio de tan sólo de ocho dólares (un 2,6%) por envíos de 300 dólares.
“La moneda paralela competiría con un sistema que ya funciona bien”, considera Manuel Orozco, director del Center for Migration and Economic Stabilization de Creative Associates International, un centro de investigaciones del área de Washington. Se mostró escéptico también sobre cómo será financiado el sistema. “Si el gobierno salvadoreño va a ofrecer las transacciones, como dice, a través de sus cajeros automáticos, hay costos para realizar esas operaciones o para subsidiarlas”, expresó. “Eso también es gastar dinero o implementar prácticas competitivas desleales”.
En los organismos financieros multilaterales, la iniciativa pareciera tener un respaldo limitado. El Banco Mundial, por ejemplo, dijo que aunque está comprometido con ayudar a El Salvador, por ahora no están dadas las condiciones. “Si bien el gobierno se acercó a nosotros para pedir ayuda con Bitcoin, esto no es algo que el Banco Mundial pueda apoyar debido a las deficiencias medioambientales y de transparencia”, expresó un portavoz del organismo que pidió no ser identificado siguiendo los lineamientos de la institución.
El Fondo Monetario Internacional, en tanto, ha advertido a los países que estén pensando en adoptar criptomonedas, que “en la mayoría de los casos los riesgos y costos superan los potenciales beneficios”.
El Bitcoin ha sido criticado por la gran cantidad de energía que utiliza: cada transacción equivale al consumo eléctrico de una casa estadounidense durante aproximadamente 53 días, de acuerdo con el Índice de Consumo de Energía de Bitcoin de Digiconomist, una plataforma especializada en tendencias digitales.
Esto, sin embargo, no es algo que le preocupe a Justo, el salvadoreño de Chicago. Aunque dijo que no simpatiza con Bukele, confía en que su iniciativa “va a ser un éxito”.
“Como tiene el respaldo del gobierno, no tenemos mucho de qué preocuparnos”, dijo.