Estados Unidos tiene previsto invitar a aquellos líderes del continente que hayan sido “elegidos democráticamente” a la IX Cumbre de las Américas, que se celebrará del 6 al 10 de junio en Los Ángeles, y en la que quiere cerrar un pacto regional sobre migración.

Así lo aseguró este jueves un alto funcionario estadounidense al dar detalles sobre la cita, que reúne cada tres o cuatro años a los jefes de Estado y Gobierno del continente y que este año organiza Estados Unidos por primera vez desde la cumbre original, celebrada en Miami en 1994.

“Cualquiera que haya sido elegido democráticamente será invitado a la cumbre”, aseguró el funcionario, que pidió el anonimato, durante una rueda de prensa telefónica.

La fuente no quiso confirmar si eso significa que se quedarán fuera los líderes de Cuba, Venezuela y Nicaragua, a los que Washington considera dictadores, y dijo que todavía no ha tomado decisiones definitivas sobre las invitaciones.

Sin embargo, dejó claro que “no hay duda de que el presidente de Guatemala (Alejandro Giammattei) será invitado a la cumbre, y de que (también lo será) el presidente de El Salvador”, Nayib Bukele.

Ni esos dos líderes ni el presidente saliente de Honduras, Juan Orlando Hernández, fueron invitados en diciembre a una cumbre virtual de democracias que organizó el presidente estadounidense, Joe Biden, algo que la Casa Blanca justificó por los “desafíos” de corrupción en esos países.

No obstante, el funcionario subrayó que Biden quiere “hablar personalmente y debatir con esos líderes sobre esos temas de corrupción” y sobre los desafíos a la democracia que, reconoció, “también enfrenta” Estados Unidos.

“Si solo invitamos a la gente que está de acuerdo con nosotros, no vamos a tener realmente un debate”, opinó.

Añadió que Estados Unidos consultará con los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) —que actúa como secretaria técnica de la cumbre— para ultimar la lista de invitados.

La cita celebrada en Ciudad de Panamá en 2015 fue la única a la que asistieron todos los líderes de los 35 países que integran la OEA, incluida Cuba.

El Gobierno cubano también estuvo representado en la última edición de la cumbre, en 2018 en Lima, pero en ese caso la gran ausencia fue la de Venezuela, después de que Perú le retirara la invitación al agravarse la crisis política en ese país.

Las prioridades de Estados Unidos en la cumbre de junio serán hablar sobre la respuesta a la pandemia de la covid-19, la búsqueda de una recuperación económica “verde y equitativa”, el fortalecimiento de las democracias en el continente y la respuesta a las migraciones, según la fuente.

Sobre ese último punto, Estados Unidos espera alcanzar “un acuerdo o una serie amplia de principios” para la gestión de los flujos migratorios en los países “que son fuente, lugar de tránsito” o destino de los indocumentados y refugiados, explicó.

La Cumbre de las Américas se celebrará del 6 al 10 de junio en Los Ángeles, una ciudad que Washington ha elegido por su población “mayoritariamente hispana”, y tendrá un formato “híbrido” debido a la pandemia, con algunas reuniones en persona y otras “virtuales”, indicó el funcionario.