Cuatro estadounidenses afiliados a una organización política y de empoderamiento de la población de raza negra han sido acusados, junto con tres rusos, de confabularse para sembrar discordia en la sociedad estadounidense, difundir propaganda rusa e interferir ilegalmente en las elecciones de Estados Unidos, según un acta de acusación hecha pública el martes.

Los ciudadanos estadounidenses y dos rusos fueron integrados a un caso ya existente en el tribunal federal de Tampa, Florida, en el que está implicado Aleksandr Ionov, descrito por los fiscales como el fundador de una organización con sede en Moscú financiada por el gobierno ruso para llevar a cabo una campaña clandestina de influencia en Estados Unidos.

Los cuatro estadounidenses forman parte del Partido Socialista Popular Africano y del Movimiento Uhuru, que tiene sedes en St. Petersburg, Florida, y San Luis, Missouri. Entre los acusados se encuentra Omali Yeshitela, presidente de la organización con sede en Estados Unidos, la cual fue objeto de una redada del FBI el año pasado, cuando se acusó originalmente a Ionov.

”El servicio de inteligencia exterior de Rusia supuestamente utilizó como arma los derechos de la Primera Enmienda —libertades que Rusia niega a sus propios ciudadanos— para dividir a los estadounidenses e interferir en las elecciones de Estados Unidos”, declaró el fiscal general adjunto Matthew Olsen, de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia.

“El departamento no dudará en desenmascarar y procesar a quienes siembran la discordia y corrompen las elecciones estadounidenses al servicio de intereses extranjeros hostiles, independientemente de si los culpables son ciudadanos estadounidenses o individuos extranjeros que viven en otro país”, declaró Olsen en un comunicado de prensa.

Yeshitela y otros tres ciudadanos estadounidenses —Penny Joanne Hess, Jesse Nevel y Augustus C. Romain Jr.— están acusados de asociación delictuosa para defraudar a Estados Unidos. Hess, Yeshitela y Nevel también están acusados de hacerse pasar por agentes de un gobierno extranjero. Ionov y los otros dos rusos, que permanecen en su país, se enfrentan al cargo de asociación delictuosa para cometer fraude.

En los registros judiciales no figuraban los abogados de ninguno de los siete acusados, y no estaba claro si habían sido detenidos. Se envió un correo electrónico para solicitar comentarios al Partido Socialista Popular Africano, que anteriormente había negado trabajar encubiertamente para Rusia o que alguno de sus miembros hubiera cometido un delito.

Los fiscales afirmaron que Ionov dirigía una entidad denominada Movimiento Antiglobalización de Rusia que se utilizaba para llevar a cabo sus actividades de influencia en Estados Unidos, supervisadas por el servicio de inteligencia ruso conocido como FSB. Reclutaron a organizaciones con sede en Estados Unidos para ayudar a influir en las elecciones, hacer que pareciera que había un fuerte apoyo en Estados Unidos a la invasión rusa de Ucrania y respaldar esfuerzos como una petición a las Naciones Unidas en 2015 para condenar el “genocidio de los pueblos africanos” en Estados Unidos, según el acta de acusación.