Los estadounidenses están profundamente divididos acerca de lo que se debe enseñar a alumnos de educación básica acerca del racismo y la sexualidad, de acuerdo con una nueva encuesta difundida en momentos que el Partido Republicano quiere hacer de la participación de los padres en la educación un tema central de su campaña electoral.
En general hay una leve tendencia a favor de ampliar —no reducir— las discusiones sobre racismo y sexualidad, pero cuatro de cada 10 dicen que el enfoque vigente es el correcto, y los porcentajes son similares en ambos partidos. Pero la encuesta realizada por la Facultad Harris de Políticas Públicas de la Universidad de Chicago y The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research revela profundas diferencias entre republicanos y demócratas en cuanto a los ajustes a realizar.
Cuatro de cada 10 republicanos sostienen que los docentes en las escuelas públicas dedican demasiado tiempo a asuntos relacionados con la sexualidad, mientras que uno de cada 10 dice que es poco el tiempo. Entre los demócratas, esas cifras son a la inversa.
Las conclusiones reflejan un debate nacional altamente politizado que agita las juntas escolares y llega a las legislaturas estatales. Los republicanos ven en la pelea por los planes de estudio una guerra cultural que les puede ganar muchos votos en las elecciones legislativas de noviembre.
En los estados se han presentado nuevas leyes destinadas a limitar la enseñanza sobre el racismo y la sexualidad y sancionar una “carta de derechos de los padres” que daría una mayor trasparencia a los planes de estudio y les permitiría presentar quejas contra los docentes.
El impulso a favor de nuevas leyes para la educación elemental y media provino de la pandemia de COVID-19, cuando padres iracundos invadieron las reuniones de las juntas escolares para expresar su oposición al cierre de escuelas, la obligación de usar la mascarilla y otras medidas destinadas a impedir la trasmisión de la enfermedad.
Según la encuesta, el 50% de los estadounidenses dicen que los padres tienen influencia insuficiente en el plan de estudios, mientras que el 20% dice que es excesiva y el 27% está satisfecho con la situación tal como está.
En Florida, el gobernador republicano Ron DeSantis sancionó una ley que prohíbe hablar de orientación sexual e identidad de género desde el jardín de infantes hasta tercer grado. La Casa Blanca y otros opositores a la ley la llaman “no digas gay”.
La encuesta revela una mayor tendencia a sostener que la tendencia a hablar de sexo y sexualidad en las escuelas es insuficiente en lugar de excesiva, 31% a 23%, pero el 40% aprueba la situación actual. La encuesta no preguntó sobre los grados.
La encuesta AP-NORC de 1.082 adultos se realizó del 17 al 21 de marzo con una muestra probabilística del AmeriSpeak Panel de NORC, diseñado para ser representativo de la población estadounidense. El margen de error es de más o menos 4 puntos porcentuales.