La avena es un cereal con una composición proteica única, fuente de fibras dietéticas solubles y nutrientes que ayudan a mejora condiciones de salud como el cáncer de mama y los niveles de azúcar en sangre.
La avena sativa, como es su nombre científico, es un cereal de la familia Poaceae cultivado, y sus orígenes se remontan alrededor del año 2000 a. C., aunque no hay investigaciones que den veracidad de los orígenes exactos de las diversas especies de Avena.
Fue en la década de 1980, cuando comenzó a ganar popularidad debido a sus efectos positivos en la prevención de enfermedades crónico-degenerativas.
Este cereal contiene compuestos como las globulinas, que sirven como la proteína de almacenamiento primaria, y buena fuente de fibra como el β -glucano, que tiene propiedades funcionales excepcionales y es extremadamente importante en la nutrición humana.
“El β -glucano reduce el colesterol en sangre y la absorción de glucosa en el intestino, previniendo así enfermedades como lesiones cardiovasculares, dislipidemia, hipertensión, estado inflamatorio y diabetes tipo 2”, según la revista científica The Scientific World Journal.
La avena es rica en elementos nutritivos y funcionales, ya que es uno de los pocos cereales que se comercializa en su forma completa, conservando todas sus partes, especialmente el germen y la cascarilla.
Fuente de nutrientes: este cereal es rico en elementos nutritivos y funcionales, tales como fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes.
Poder antioxidante: una de las ventajas del consumo de este cereal es que se comercializa con todas sus partes tanto la cascarilla como el germen. Además, es rica en antioxidantes como la vitamina E, el ácido fítico, compuestos fenólicos, flavonoides y avenantramidas.
Las investigaciones indican que estos componentes protegen las células de la oxidación y de los radicales libres, que pueden generar mutaciones en el ADN celular, provocando enfermedades y envejecimiento prematuro.
Fibra de buena calidad: contiene un tipo de fibra que contribuye a reducir los niveles de colesterol y azúcar en la sangre, llamada betaglucanos. Lo que a su vez contribuye a disminuir el riesgo de cáncer de colon y de mama. Además, ayuda a proteger el hígado, disminuyendo la probabilidad de desarrollar hígado graso.
Cómo incluir avena en la alimentación
Una de las formas de incluir la avena en la alimentación es consumirla en el desayuno, ya que es un alimento completo rico en fibras que genera sensación de saciedad, retardando los antojos entre comidas y a media mañana.
La avena combina con frutas frescas o secas, como pasas o dátiles, así como con nueces y almendras. Mientras que en platos salados se puede agregar a guisos y salsas.