No solo el abultamiento del abdomen es signo de que estamos engordando. El grosor del cuello puede ser un reflejo significativo de la salud general de una persona. Expertos advierten que un cuello más grueso de lo normal puede estar relacionado con la obesidad y el riesgo de diversas enfermedades metabólicas.
El Dr. Amitav Banerjee, profesor de la Facultad de Medicina DY de Pune (India), destaca que la grasa acumulada en esta zona puede preceder condiciones como diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, reseña BBC Mundo.
No obstante, lo contrario, un cuello más delgado de lo habitual también puede ser una señal de algún problema de salud. Por eso, es fundamental la observancia y medición de esta parte del cuerpo.
Medidas de referencia
Distinto a lo que se puede creer, el Índice de Masa Corporal (IMC) no es por excelencia un buen “indicador”, puede ser un punto de partida, pero no lo es todo, y no funciona para muchas personas. Para determinar tu salud a través de cuello, se debe medir la circunferencia.
Circunferencia del cuello: para mujeres, idealmente debe estar entre 33 y 35 centímetros; para hombres, entre 37 y 40 centímetros, afirma el Dr. Shiv Kumar Sarin, director del Instituto de Ciencias Hepáticas y Biliares de Delhi y presidente de la Academia Nacional de Ciencias Médicas en India. Esta información es crucial para evaluar el riesgo de complicaciones de salud.
Un cuello engrosado puede estar vinculado a colesterol alto, hígado graso, hipertensión arterial y apnea del sueño.
“Una persona con un cuello grueso puede tener colesterol alto, hígado graso, diabetes e hipertensión arterial. Esto requiere una evaluación especial”, afirma el Dr. Mohsin Wali, consultor sénior del Hospital Sir Ganga Ram de Delhi, recoge la BBC.
Estrategias para el cuidado de la salud
Manejo del peso y la dieta. No es motivo de pánico si se observa un cuello grueso. Cambios en el estilo de vida, como una dieta equilibrada y ejercicio regular, son recomendados para mejorar la salud general y reducir la grasa corporal.
Importancia del ejercicio. Actividades como el ejercicio cardiovascular y el entrenamiento de fuerza son esenciales para combatir el exceso de grasa, mejorar el bienestar metabólico y regular el peso.
El cuello delgado también es un problema
Un cuello más delgado puede asociarse con problemas de salud como la anemia, que puede requerir tratamiento con hierro y, en algunos casos, transfusiones de sangre. Además, se pueden presentar anomalías como un número irregular de vértebras cervicales, aunque a menudo son congénitas y no afectan la salud.
Consideración de otras afecciones
La hinchazón en la parte frontal del cuello puede ser un signo de bocio, lo que indica una inflamación de la tiroides. Se recomienda a los pacientes que consulten con un médico si presentan esta condición.
Un aumento en el tamaño de la glándula tiroides puede causar un cuello visiblemente más grande; esto puede estar relacionado tanto con desequilibrios hormonales (hipertiroidismo o hipotiroidismo) como con deficiencias de yodo. La tiroides es fundamental para la producción hormonal que regula el metabolismo, y su disfunción puede manifestarse en cambios en el tamaño del cuello
Un cuello grueso puede también estar asociado con la presencia de síndrome metabólico, que incluye resistencia a la insulina y alteraciones en hormonas como el cortisol, las cuales afectan la regulación del peso y la distribución de grasa corporal. Esto puede desencadenar un círculo vicioso que afecta aún más el equilibrio hormonal.
Observar atentamente el cuello puede contribuir a la detección temprana de problemas de salud, lo que resalta la importancia de considerar este aspecto del cuerpo en evaluaciones de bienestar.


												




















