El mayor incendio forestal activo en Estados Unidos amenaza pueblos en las montañas Sangre de Cristo en el norte de Nuevo México, cuyos residentes trazan sus orígenes hasta los colonizadores de México y España, así como a los nativos estadounidenses de la región.
El incendio ha destruido incontables casas en el Valle Mora y las llamas, alimentadas por fuertes vientos en la zona, amenazan antiguos ranchos, iglesias, capillas y molinos de agua hechos de ladrillos de adobe.
Algunas familias de la zona han estado en Nuevo México desde finales del siglo XVII, y más de la mitad de los residentes del condado de Mora, con una población de 4.500, se han quedado para defender sus viviendas, de acuerdo con fuentes policiales.
Familias de clase trabajadora en las comunidades de Holman y Cleveland han usado sus propias motoconformadoras para excavar zanjas contra incendios lado a lado con los bomberos.
Fuentes policiales y de los bomberos dicen que la naturaleza del terreno, la presencia de árboles secos y los fuertes vientos representan una amenaza para los residentes que han ignorado las órdenes de evacuación. Miles de casas se encuentran dentro de las zonas de evacuación.
El incendio actualmente abarca unos 176.273 acres (71.335 hectáreas) y se encuentra contenido en 43 %.