El papa Francisco reiteró hoy con dureza que «el aborto es un asesinato», pero criticó que en el caso de algunos obispos de Estados Unidos que han pedido que no se dé la comunión al católico presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, por estar a favor del derecho al aborto, se trata más de una decisión política que pastoral.

«El problema es que es un homicidio, sin medias palabras; quien hace un aborto, asesina. Cualquier libro dice que a las 3 semanas es científicamente una vida humana», zanjó Francisco la cuestión de la interrupción del embarazo durante la rueda de prensa en el vuelo de regreso de su gira a Hungría y Eslovaquia.

Sin embargo, después, Francisco aclaró que «la comunión no es un premio para los perfectos, la comunión es un don, es un regalo», y quien no puede tomar la comunión es quien «no está dentro de la comunidad».

Los obispos estadounidenses votaron hace algunos meses de manera mayoritaria a favor de redactar un conjunto de reglas para dar la comunión, entre las que se encontraba la de no concederla a los abortistas, y por tanto a Biden, en lo que se observó que fue una victoria de la corriente católica más conservadora del país que siempre ha estado al lado del expresidente Donald Trump.

Aunque Francisco no fue totalmente claro, sí que explicó que dar o no la comunión a las personas es «un problema pastoral». «A veces los obispos no se comportan como pastores sino que se inclinan a la política», observó.

«Cuando la Iglesia, por defender un principio, no lo hace de manera pastoral, entonces es que es un hecho político (…). Los pastores tienen que seguir el estilo de Dios, que es la cercanía, la compasión y la ternura».

«El pastor sabe lo que tiene que hacer en cada momento, pero si sale de la pastoral de la Iglesia se convierte en un político», explicó Jorge Bergoglio, en lo que pareció una crítica a los obispos estadounidenses con su decisión.

El papa también afirmó contundentemente que «nunca» ha negado la comunión «a nadie» y agregó: «Ya basta con las excomuniones».