El presidente estadounidense, Joe Biden, recibió este lunes en la Casa Blanca al rey Abdalá II de Jordania, quien le ofreció asumir parte de la «carga de trabajo duro» de Estados Unidos en Oriente Medio.

El rey jordano se convirtió en el primer líder árabe al que Biden acogió en la Casa Blanca desde que llegó al poder en enero, en una señal de que Washington quiere reforzar su relación con Amán y devolverle su papel tradicional de mediador preferido por EE.UU. en Oriente Próximo.

Durante el mandato de Donald Trump (2017-2021), el rey de Jordania se vio relegado a un segundo plano, dado que ese presidente prefería apoyarse en Arabia Saudí para diseñar sus estrategias en el mundo árabe.

Abdalá II llegó este lunes a la Casa Blanca más que dispuesto a recuperar ese papel que ha desempeñado durante buena parte de sus 22 años de reinado, y más con un presidente como Biden, al que conoce desde hace décadas.

«Muchos líderes de nuestra parte del mundo asumiremos la carga de trabajo duro en nombre de Estados Unidos, que es lo que tenemos que hacer», dijo el rey jordano al comienzo de su reunión con Biden en el Despacho Oval.

El monarca parecía hacer así referencia al hecho de que, en sus primeros seis meses en el poder, Biden ha centrado buena parte de su política exterior en China y el Pacífico, sin dedicar tantos esfuerzos a Oriente Medio.

«Quiero agradecerle su vital liderazgo en Oriente Medio. Usted vive en un barrio complicado», aseguró el presidente estadounidense durante las breves declaraciones a la prensa de ambos al inicio del encuentro.

Biden y Abdalá II tenían previsto conversar sobre la seguridad en la región, incluidos los recientes ataques a las tropas estadounidenses en Irak, y la guerra en Siria, explicó la Casa Blanca.

También planeaban hablar sobre el «deseo» común de «avanzar hacia una paz duradera entre los israelíes y los palestinos», aseguró la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en su rueda de prensa diaria.

A finales de junio, el rey jordano se reunió con el presidente palestino, Mahmud Abás, para consultas previas a su visita a la Casa Blanca, que ambos confiaron en que pudiera servir para relanzar negociaciones significativas con Israel sobre la base de la solución de dos Estados.

La visita de Abdalá II se produjo, además, tres meses después de que en Jordania se viviera un intento de sedición por parte del príncipe Hamzah bin Husein, hermanastro del monarca, y otros colaboradores, algo que sacudió a la casa real.

El rey jordano y la reina Rania -que este lunes tomó el té con la primera dama estadounidense, Jill Biden- llevan de visita en Estados Unidos desde el pasado 1 de julio, y han participado en un foro económico privado en Sun Valley, Idaho, al que asisten habitualmente magnates del sector tecnológico.