Varios países occidentales advirtieron el jueves de un posible ataque al aeropuerto de Kabul, a donde han acudido miles de personas que intentan huir de una Afganistán controlada por el Talibán en los últimos días de una enorme campaña de evacuación. Gran Bretaña advirtió que podría producirse un ataque en cuestión de horas.

Varios países instaron a la gente a evitar el aeropuerto y Bélgica dijo que había riesgo de un ataque suicida. Pero quedaban apenas unos días para que las tropas estadounidenses se marcharan y concluyeran las evacuaciones, y pocos parecieron escuchar las advertencias.

Durante la última semana, el aeropuerto ha registrado algunas de las escenas más dramáticas del caótico final de la guerra más larga de Estados Unidos y la conquista talibán, mientras un avión tras otro sacaban del país a personas que temían el regreso del brutal régimen de los milicianos.

Varios países han suspendido ya sus traslados y retirado a sus soldados y diplomáticos, en el final de una de las evacuaciones aéreas más grandes de la historia. Por ahora, el Talibán ha cumplido su promesa de no atacar a las fuerzas occidentales durante la operación, pero insiste en que las tropas extranjeras deben estar fuera para cuando termine el mes.

Durante la noche se emitieron nuevas advertencias desde capitales occidentales sobre una posible amenaza de la filial afgana del grupo extremista Estado Islámico, que probablemente ha visto crecer sus filas después de que los talibanes liberasen presos en diferentes puntos del país.

El ministro británico de Fuerzas Armadas, James Heappey, dijo el jueves a la BBC que hay “reportes muy, muy creíbles de un ataque inminente” al aeropuerto, posiblemente “en cuestión de horas”.

Heappey admitió que la gente está desesperada por marcharse y “muchos en la fila están dispuestos a correr el riesgo, pero el reporte de esta amenaza es en efecto muy creíble y tiene un carácter inminente”.

“Es posible que cuando llegue más información, podamos cambiar la recomendación de nuevo y procesar gente de nuevo, pero no hay garantías”, añadió.

La embajada estadounidense en Kabul advirtió el miércoles a los ciudadanos estadounidenses en tres puertas concretas del aeropuerto que se marcharan de inmediato debido a una amenaza no especificada. Australia, Gran Bretaña y Nueva Zelanda también recomendaron a sus ciudadanos el jueves que evitaran el aeropuerto, y el ministro australiano de Exteriores dijo que había una “amenaza muy alta de ataque terrorista”.

El vocero talibán Zabihullah Mujahid negó que hubiera un ataque inminente. “Eso no es correcto”, escribió en un mensaje de texto cuando se le preguntó sobre las advertencias. No dio más detalles.

El Talibán empleó el jueves un cañón de agua contra la gente reunida ante una puerta del aeropuerto para dispersar a la multitud y alguien lanzó gases lacrimógenos en otro punto. Aunque algunos huyeron, otros se sentaron en el suelo, se cubrieron el rostro y esperaron a que se disipara el humo.

Nadia, una mujer afgana de 27 años que declinó dar su apellido por temor a represalias, estaba ante el aeropuerto con su hija de dos años, en medio del caos. Ella y su marido, que trabajó con las fuerzas de coalición, no llegaron a coger una llamada que creían era del Departamento de Estado y trataban sin éxito de entrar en el aeropuerto. Su marido se había adentrado entre la multitud para tratar de que pudieran entrar.

“Tenemos que encontrar una forma de evacuar porque nuestras vidas corren peligro”, dijo Nadia. “Mi esposo recibió varios mensajes amenazadores de origen desconocido. No tenemos más opción que escapar”.

Muchos afganos han tenido la misma sensación. El Talibán, un estricto grupo islamista, ha recuperado el control del país casi 20 años después de verse derrocado por la invasión liderada por Estados Unidos tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. Esos ataques fueron orquestados por Al Qaeda bajo cobijo de los talibanes.

Varios aviones de mercancías que despegaban de Kabul han utilizado bengalas para defenderse de posible fuego de misiles. Pero a las tropas también les preocupa que alguien pueda mezclarse con la multitud y detonar explosivos en torno al aeropuerto.

“Recibimos información a nivel militar de Estados Unidos, pero también de otros países, de que había indicios de que había una amenaza de ataques suicidas en la masa de gente”, dijo el primer ministro belga, Alexander De Croo, sobre la amenaza al aeropuerto.

Funcionarios estadounidenses de alto rango dijeron que la advertencia estaba relacionada con amenazas concretas y aún activas del grupo EI y posibles bombas en vehículos. Los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a comentar las operaciones militares en marcha.

La filial afgana de EI se formó con miembros descontentos del Talibán que tienen una visión aún más extrema del islam, cuando los milicianos tomaron amplios territorios en Irak y Siria. El grupo, que ha adoptado el nombre de Khorasan, el nombre histórico de la región, emprendió una campaña de brutales ataques como el asalto en 2020 a un hospital de maternidad en Kabul, donde murieron mujeres y bebés.

El Talibán ha combatido contra el grupo EI en Afganistán. Sin embargo, es probable que la ofensiva en la que han tomado el país liberase a prisioneros del grupo EI junto con reos talibanes.

Por su parte, el primer ministro de Francia, Jean Castex, anunció el jueves que a partir del viernes no podrían evacuar a nadie debido a la retirada estadounidense.

La ministra danesa de Defensa advirtió que “ya no es seguro volar a o desde Kabul”. El último vuelo danés ya había salido, mientras que Polonia y Bélgica dieron por terminadas sus evacuaciones.

El gobierno holandés dijo que había recibido instrucciones de Estados Unidos de marcharse el jueves.

El Talibán ha dicho que permitirá que los afganos salgan en vuelos comerciales cuando se cumpla el plazo la semana que viene, pero no está claro qué aerolíneas volverán a un aeropuerto controlado por los milicianos. El portavoz presidencial turco Ibrahim Kalin dijo que había conversaciones en marcha entre su país y el Talibán sobre permitir que expertos civiles turcos ayuden a gestionar las instalaciones. Pero por el momento las tropas turcas están empezando a retirarse, señaló.

Los talibanes han prometido devolver la seguridad a Afganistán y afirman que no habrá represalias contra aquellos que se les opusieron ni revertirán los avances en derechos humanos. Pero muchos afganos son escépticos.

El temor a lo que puedan traer los talibanes creció después de que un periodista de la cadena privada Tolo News dijera que él y un cámara del canal habían sido golpeados por talibanes. Ziad Yad dijo que los milicianos les golpearon y confiscaron sus cámaras, equipo técnico y un celular cuando intentaban informar sobre la pobreza en Kabul.

“Aún no sé por qué se comportaron así y me atacaron de pronto”, dijo Yad. “La cuestión ha sido compartida con líderes talibanes; sin embargo los responsables aún no han sido detenidos, lo que es una grave amenaza para la libertad de expresión”.