Comúnmente, tras la exploración primaria y la entrevista de consulta de reconocimiento, el médico internista recomienda al paciente realizarse exámenes de sangre y de orina para determinar los valores y posibles afecciones, para con ello remitir al especialista. ¿Pero en qué se diferencian estas pruebas y cuál es el alcance?

Los exámenes de orina y de sangre difieren en que la orina se analiza para detectar problemas en el sistema urinario y renal, como infecciones, diabetes o cálculos, mientras que la sangre ofrece una visión más amplia de la salud en general. El de este último puede detectar problemas en órganos como el hígado, los riñones y el páncreas, así como la presencia de células y sustancias (hemograma, colesterol, glucosa, etc.).

A menudo se recomiendan ambos, ya que proporcionan información complementaria y de esta manera se pueden obtener un diagnóstico más completo y preciso.

¿Qué mide la prueba de orina?

Como ya mencionamos, el examen de orina tiene como propósito evaluar la salud de los riñones y las vías urinarias, así como detectar la presencia de enfermedades como infecciones y diabetes.

A través de este se mide:

  • Aspecto físico: Color, claridad y olor.
  • Prueba química: Presencia de proteínas, glucosa, sangre (hematuria), bilirrubina, cetonas y nitritos, entre otros.
  • Análisis microscópico: Identificación de células sanguíneas, bacterias, cristales y otros sedimentos.

Análisis de sangre

La prueba de sangre, por su parte, mide sustancias que circulan por el torrente sanguíneo, como glucosa, colesterol, enzimas hepáticas, electrolitos y hormonas. También analiza las células en los glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.

  • Para qué se usa: Diagnóstico de enfermedades como diabetes, enfermedades hepáticas y renales; control de niveles de colesterol y triglicéridos; evaluación de infecciones (a través de glóbulos blancos); y chequeos generales de salud.

Por qué se recomiendan uno u otro, o ambos

  • Para un chequeo de rutina: A menudo se solicitan ambos para obtener una visión completa del estado de salud.
  • Para un diagnóstico específico:
    • Si se sospecha una infección de las vías urinarias o un problema renal, el análisis de orina es fundamental.
    • Si se sospecha una enfermedad metabólica como la diabetes o un problema hepático, el análisis de sangre es indispensable.
  • Para monitorear: Después de diagnosticar una afección como una infección o diabetes, se utilizan ambos análisis para seguir la progresión de la enfermedad y la efectividad del tratamiento.

Chequeo preventivo

Los análisis de sangre preventivos se recomiendan generalmente una vez al año en adultos sanos para evaluar niveles como colesterol, triglicéridos, urea, hemograma y glucosa, con el fin de prevenir o detectar enfermedades de forma temprana.

Sin embargo, la frecuencia puede variar según factores de riesgo, edad, antecedentes familiares y condiciones particulares de salud; por ejemplo, en jóvenes adultos sin problemas de salud, un chequeo general puede realizarse cada 2-3 años, y en casos de enfermedades como la diabetes, se sugieren analíticas más frecuentes según el control del paciente.

En cuanto a los análisis de orina, suelen formar parte de exámenes médicos de rutina para evaluar la salud general o diagnosticar problemas específicos como infecciones urinarias o enfermedades renales. No existe una frecuencia estricta universal para análisis de orina preventiva en personas sanas; suelen realizarse en consultas médicas de rutina o cuando hay síntomas o riesgos específicos que justifiquen su evaluación.

Factores que pueden alterar los resultados

Es importante conocer que existen factores que pueden afectar los resultados de los análisis de orina y sangre, que incluyen medicamentos, alimentos, ejercicio físico, consumo de alcohol y tabaco, así como errores preanalíticos como la recolección, transporte y conservación inadecuada de las muestras.

En los análisis de sangre:

  • Medicamentos: antibióticos, antiinflamatorios, aspirinas, vitaminas (como vitamina C y vitamina E) pueden alterar resultados, incluyendo pruebas de coagulación, creatinina y agregación plaquetaria.
  • Alimentos: romper el ayuno o cambios en la dieta antes del examen afectan perfiles lipídicos y niveles de glucosa.
  • Ejercicio físico: actividad intensa puede modificar valores de glóbulos rojos, bilirrubina, potasio, ácido úrico y enzimas musculares.
  • Alcohol: afecta triglicéridos, colesterol, enzimas hepáticas y glucosa; recomendable evitar su consumo tres días antes del análisis.
  • Tabaco: influencia en la curva de glucosa y pruebas de agregación plaquetaria, con efectos inmediatos tras fumar.

En los análisis de orina:

  • Medicamentos y suplementos no recetados pueden alterar resultados.
  • La recolección incorrecta, uso inapropiado de recipientes, mala conservación y mala identificación de la muestra tienen un gran impacto en la calidad del análisis.
  • Ejercicio previo a la toma de muestra puede simular infecciones renales falsas.
  • La concentración de la orina, acidificación (pH), y presencia de sustancias como glucosa o esterasa leucocitaria dependen de la hidratación, dieta y posibles enfermedades.
  • Otros factores incluyen la exposición a luz y temperatura que afectan la muestra una vez tomada.

Estos factores deben ser considerados para asegurar la precisión y confiabilidad de los análisis de orina y sangre en medicina.